ALACRANES. PERCY ZAPATA MENDO.

ALACRANES 07 de Agosto del 2012 Gerardo, mi hermano, no había regresado aún a dormir y resolví acostarme sin esperarle más tiempo. En esa época vivíamos juntos. Seguramente el muy ebrio se había quedado dormido en algún banco de la cantina a la que acostumbraba a ir, en alguna callejuela o en algún parque que le cobijó en la molicie de su césped. Ya me tenía desesperado con sus vicios y pensaba arrojarle de la casa al día siguiente, pues se me hacía imposible la existencia con él, llevando él como llevaba, una vida tan desastrosa y escandalosa. Omití no sé si voluntaria o inconscientemente el comentarles que Gerardo y yo éramos gemelos. ¡Maldigo la hora en que fuimos engendrados!, desventurada ocurrencia de la fatalidad de traernos al mundo con pocas horas de intervalo, y, lo que es peor, ¡con rostros y cuerpos tan semejantes! Antes de seguir la relación de un extraño episodio de nuestra vida, voy a explicar brevemente uno de los muchos fenómeno...