EL ADULTERIO. PERCY ZAPATA MENDO.
EL ADULTERIO
Introducción
La infidelidad es un síntoma de la serie de crisis por las
que atraviesan una pareja. Si indagamos a fondo, percibiremos que se es infiel
cuando no se encuentra en la pareja lo que se desea y que la relación entre
ambos no satisface completamente todas las necesidades mutuas tanto físicas
como emocionales. Sin embargo, superar la crisis dependerá de la forma en que
ambos logren comunicarse entre ellos.
Dada la relevancia para la estabilidad y para la preservación
de la más importante de nuestras instituciones humanas, que es la familia, es
que cubriré someramente este tópico con la asistencia de las referencias
respectivas.
Definición
Se conoce como adulterio a la relación sentimental que una
persona mantendrá con otra, es decir un tercero/a, aún y a pesar que uno o
ambos ya se encuentran casados y son parte de una realidad familiar.
Poco más o menos desde que el mundo es mundo y los seres
humanos somos amos de nuestra voluntad e instintos que a veces no discriminan
entre lo política y moralmente correctos y lo que no lo son, el adulterio ha
existido y se ha extendido, convirtiéndose en una práctica condenable en sí,
pero que se puede apreciar en muchas culturas y sociedades del mundo entero.
Tradicionalmente y como resultado del machismo que impera
también desde tiempos inmemoriales, el adulterio ha sido más castigado y
fustigado cuando se es practicado por una mujer y aunque por supuesto la ley no
hace distinciones entre los sexos y si el caso es llevado a la justicia,
seguramente, el hombre sea tan castigado como la mujer, en tanto, en lo que
respecta a un plano estrictamente social, la mujer es la que lleva siempre las
de perder y las que a los largo de la historia más han sufrido por cometer el
delito del adulterio.
En numerosas ocasiones y según la dureza de las legislaciones,
en el pasado no tan remoto hasta con la propia vida han debido pagar la falta
de respeto a la institución matrimonial que juraron jamás corromper con una
infidelidad.
Por supuesto que la ley entiende como falta al deber marital
la consumación de la infidelidad, en tanto, para la religión, especialmente
para el cristianismo, aquel que tan solo piensa y desea la mujer o el hombre de
su prójimo, sin cometer el acto carnal, también está cometiendo adulterio y es
tan o igual de culpable como aquel/ aquella que lo materializó. En los Diez
Mandamientos que le ordenó Dios a Moisés cumplir y promover, colocó el de no
desear a la mujer de tu prójimo, con lo cual quedaron sentadas las bases para
la futura condena que la situación tiene desde un punto de vista religioso.
Por otro lado, en el aspecto legal, el adulterio es una de
las principales causales de divorcio que existe en el mundo y por supuesto de
ser demostrado ante la autoridad pertinente, la persona que lo denuncie por
supuesto se encontrará con el fallo a su favor y con la inmediata disolución de
su unión conyugal. Aquellos casos en los que se puede probar que el mismo se
llevó a cabo en el domicilio conyugal o bien aquellos en los que media un
escándalo fácil de comprobar a través de testigos, por supuesto, inmediatamente
obtendrán una respuesta judicial en su favor.
Las causas
Descubrir que uno ha sido traicionado por la persona amada,
invariablemente constituye una experiencia dolorosa y hasta humillante, puesto
que se ponen en juego los valores que fundamentan una relación amorosa, como
son la confianza, la sinceridad, la solidaridad y el respeto.
Por lo general, las personas son infieles cuando la unión no
alcanza sus expectativas, están buscando algo en la otra persona que ésta no es
capaz de ofrecerles mientras que, en otras situaciones, obedece a sentimientos
de naturalezas más profundas.
Para algunos más los eventos causas de los problemas
simplemente son parte instintiva de las mentes de aquellos que viven solamente
por el placer.
La solución, para muchos en vez de basarse en el diálogo para
llegar a la solución del problema que se suscita en una relación, es optar por una
salida aparentemente más fácil o cómoda: la infidelidad.
Los hombres frecuentemente traicionan, para demostrar su
masculinidad o porque la sociedad espera que éstos actúen así. El ego del
hombre es por su naturaleza diferente al de la mujer. Para el hombre ser infiel
es fácil, ya que lo califica de "macho" (noción equivocada), mientras
que para la mujer la traición es más traumática.
Para los hombres es más difícil saber si les están siendo
infieles, puesto que ellos tienden a ser menos observadores y reparan menos en
cambios sutiles que sin embargo las mujeres descubren al instante.
Los hombres en general temen o sospechan que su pareja les
está siendo infiel, cuando ésta se niega a mantener relaciones sexuales como de
costumbre, porque el sexo lo es todo -o
casi todo para el hombre inmaduro-.
Muchas mujeres, a pesar de que jamás perdonarían la
infidelidad, deciden auto engañarse para no tener que enfrentarse a la realidad
de que son abandonadas por el padre de sus hijos. Perdonar o no una traición
depende de la persona y del tipo de relación que existe, ya sea por motivos
religiosos o porque no quieren hacer sufrir a sus hijos.
Muchas mujeres que han sido infieles se torturan porque no
saben si contárselo a su compañero, se sienten mal, pero lo primero y más
importante, no es la confesión, sino descubrir el porqué de la traición. Si se
ha sentido esa necesidad es porque la otra parte no dio algo que ella sentía
necesitaba y que no tiene por qué estar relacionado, siempre, con el sexo.
Las razones más comunes referidas por los profesionales son:
1. Sentirse devaluados. Terminada la etapa de enamoramiento,
se enfrenta a la persona real y no a la idealizada, sus conductas no siempre
son placenteras y en la convivencia defraudan todas las expectativas. Si la
pareja se aísla al centrarse sólo en sus objetivos personales y no en los de
ambos, y al mismo tiempo uno se relaciona con una persona distinta que hace que
uno se sienta más apreciado, esta nueva persona se elige inconscientemente como
nueva su compañera.
2. La monotonía. Cuando la pareja descuida el tiempo en común
por sus actividades personales y deja de tener detalles cariñosos con el otro,
se siente que el amor se acabó, se produce un distanciamiento y uno comienza a
sentirse destinado a pasar el resto de los días atascado en una relación que ha
perdido su encanto. Una relación sumida en la rutina y en el aburrimiento se
puede desplomar a causa de un encuentro con un intruso que llegue y aborde la
pareja descontenta con el misterio, encanto y riesgo de los que carece la
relación existente.
3. Una vida sexual deficiente. El sexo es un elemento
esencial en la unión y si éste es defectuoso, quien se siente insatisfecho
tiende a buscar fuera de la relación la satisfacción sexual que no encuentra en
su pareja. Si a pesar de sentir un gran amor por la pareja, el sexo es
deficiente, el/la infiel puede resarcirse teniendo relaciones sexuales con otra
persona sin el menor remordimiento porque se siente enojado/a con su pareja que
no quiere hacer el amor o no quiere llevar a cabo las fantasías sexuales de la
otra.
4. Dependencia emocional de los padres. Si la pareja no es
emocionalmente independiente de los padres y no establece límites respecto a
ellos, esta conducta infantil los hace sentir sin su apoyo, y la necesidad
insatisfecha de ser escuchados y atendidos los puede impulsar a buscar una
relación extramarital. Simplemente para encontrar alguna otra persona que les
sirva de soporte o de apoyo.
5. Procurar nuevas sensaciones. Si se acaba la “magia” del
enamoramiento y se vive en el hastío de una relación agónica, hay quienes
necesitan seguir satisfaciendo la necesidad de seguir enamorados. La curiosidad
de experimentar el sexo con otras personas y de vivir la aventura es un fuerte aliciente.
6. Idealización de la pareja. Para continuar idealizando a la
pareja, muchas veces se eligen como amante a una persona totalmente opuesta.
Hay quienes llevan a cabo todas sus fantasías sexuales con el amante y no con
su pareja para sentir que la siguen manteniendo en el concepto de lo
"decente".
7. La pareja lo permite. Se dan casos en que la otra persona
está de acuerdo en que se tengan relaciones extramaritales, porque es
consciente de que son esenciales para el otro satisfacer las deficiencias que
existen en la propia relación.
8. Sentir amenazas contra la libertad. Cuando la pareja es
asfixiante, pueden intentar sentirse libres cometiendo actos de infidelidad
rebelde.
9. Ostentación de poder. Por haber adquirido poder, dinero y
una posición social, hay quienes sienten que se han ganado el derecho a tener
un mayor potencial sexual con el sexo opuesto.
Mitos acerca del
adulterio
Aun cuando la mayoría de las personas consideran que el
adulterio está mal y saben que puede ser devastador, nuestra sociedad perpetúa
todavía varias mentiras acerca del adulterio a través de una mitología popular
sobre los amoríos extramaritales. En este punto, queremos examinar algunos de
los mitos sobre el adulterio.
·
Mito número 1: "El adulterio tiene que ver con
el sexo". A menudo, justamente lo contrario es cierto. Cuando se descubre
una aventura sexual, los que la observan dicen: "¿Qué le vio a ella?"
o "¿Qué le vio a él?". Ser bonita, apuesto o sensual no suele ser lo
más importante. Las parejas de las aventuras no suelen escogerse porque sean
más bonitas, apuestos o sexy. Suelen escogerse por diversos tipos de razones
extrañas y no sexuales. Generalmente, la otra mujer o el otro hombre en una
relación adúltera satisfacen necesidades que no satisface el cónyuge en el matrimonio.
El Dr. Willard Harley, en su libro His Needs, Her Needs: Building an
Affair-Proof Marriage (Las necesidades de él, las necesidades de ella: Cómo
construir un matrimonio a prueba de amoríos) indica cinco necesidades básicas
del hombre y cinco necesidades básicas de la mujer. Él cree que las necesidades
insatisfechas de cualquiera de los integrantes de la pareja son una causa
importante de las aventuras extramaritales. También encontró que las personas
se involucran en estos amoríos con una asiduidad asombrosa, a pesar de las
fuertes convicciones morales o religiosas que puedan tener. La falta de
realización en una de estas áreas emocionales básicas crea un vacío peligroso
en la vida de una persona. Y, lamentablemente, muchos terminarán por llenar esa
necesidad fuera del matrimonio.
El sexo puede no estar involucrado en
algunos amoríos. La relación podría ser meramente un vínculo emocional. La
consejera Bonnie Weil advierte que estas denominadas "aventuras del
corazón" pueden ser aún más traicioneras que el tipo puramente físico. Las
mujeres, en especial, tienden a dejar a sus esposos cuando sienten un fuerte
vínculo emocional con otro hombre".
·
Mito número 2: "El adulterio tiene que ver con
el carácter". Hay evidencia psicológica creciente de que el comportamiento
adúltero en los padres afecta dramáticamente a los hijos cuando llegan a la
adultez. Así como el divorcio en una familia influye en la probabilidad de que
los niños adultos consideren el divorcio, el comportamiento adúltero de los
padres parece generar un comportamiento similar en sus hijos. ¿Acaso no es éste
un ejemplo más de la enseñanza bíblica de que los pecados de una generación
recaen sobre la siguiente?
Mito número
3: "El adulterio es
terapéutico". Este mito de que una aventura puede reavivar un matrimonio
aburrido es una mentira devastadora. Una aventura podrá darle más sexo, pero
podría darle también una enfermedad de transmisión sexual. Podría darle más
emoción a su matrimonio, si para usted un divorcio en el Juzgado es
emocionante. Recuerde que el adulterio termina en divorcio el 65 por ciento de
las veces. "Para la mayor parte de las personas y la mayoría de los
matrimonios, la infidelidad es peligrosa".
Mito número
4: "El adulterio es
inofensivo". Las películas son tan solo uno de los lugares donde el
adulterio ha sido promovido como algo positivo. El paciente inglés recibió doce
nominaciones al Oscar, incluyendo mejor película del año, por su descripción de
una relación adúltera entre un apuesto conde y la esposa inglesa de su colega.
Los puentes de Madison relata la historia de la esposa de un granjero de Iowa
que tiene una breve aventura extramarital con un fotógrafo de la revista
National Geographic que supuestamente la ayudó a dinamizar su matrimonio. El
príncipe de las mareas recibió siete nominaciones al Oscar y muestra a un
terapeuta casado que se acuesta con su paciente, también casada.
Nótese los eufemismos que ha
desarrollado la sociedad a lo largo de los años para disculpar o suavizar la
percepción del adulterio: tener una aventura, echar una cana al aire, sacar los
pies fuera del plato. Algunos han llegado a sugerir que es simplemente una
actividad recreativa, como jugar al futbol o ir al cine.
Aun cuando los amoríos nunca se
expongan, hay costos emocionales involucrados. Por ejemplo, las parejas
adúlteras privan a sus cónyuges de la energía y la intimidad que deberían
dedicarse al matrimonio. Engañan a sus parejas y se vuelven deshonestas acerca
de sus sentimientos y acciones. Como dice Frank Pittman: "La infidelidad
no está en el sexo necesariamente, sino en el secreto. No se trata de la
persona con quien te acuestas sino a quien le mientes".
·
Mito número 5: "El adulterio tiene que terminar
en divorcio". Sólo alrededor del 35 por ciento de las parejas permanecen
juntas una vez descubierta la aventura adúltera; el 65 por ciento restante se
divorcia. Tal vez nada puede destruir un matrimonio más rápidamente que la
infidelidad marital.
La buena noticia es que no tiene que ser así. Una consejera
dice que el 98 por ciento de las parejas que trata permanecen juntas luego del
asesoramiento. Si bien reconocemos que este índice de éxitos no es fácil de
lograr y requiere decisiones morales y el perdón inmediatos, lo que sí
demuestra es que el adulterio no tiene que terminar en el divorcio.
¿Se puede prevenir?
El Dr. Willard Harley, en su libro His Needs, Her Needs:
Building an Affair-Proof Marriage (Las necesidades de él, las necesidades de
ella: Cómo construir un matrimonio a prueba de amoríos) brinda algunas
respuestas. Él encontró que los matrimonios que no logran satisfacer las
necesidades de un cónyuge son más vulnerables a una aventura extramarital. A
menudo, la falta de satisfacción mutua de las necesidades de los hombres y las
mujeres se debe a una falta de conocimiento antes que una egoísta renuencia a
ser atentos. Satisfacer las necesidades es críticamente importante porque, en
los matrimonios que no suplen las necesidades, es llamativo y alarmante cuán consistentemente
las personas casadas buscan saciar sus necesidades insatisfechas a través de
una aventura extramarital. Si alguna de las cinco necesidades básicas de un
cónyuge no es satisfecha, ese cónyuge se vuelve vulnerable a la tentación de
una aventura.
Primero, veamos las cinco necesidades de la esposa:
La primera necesidad es de afecto. Para la mayoría de las mujeres, el
afecto simboliza seguridad, protección, consuelo y aprobación. Cuando un esposo
muestra afecto a su esposa, le está enviando los siguientes mensajes:
1.
Te
voy a cuidar y proteger;
2.
Me
interesan los problemas que enfrentas, y estoy contigo;
3.
Creo
que has hecho un buen trabajo, así que estoy orgulloso de ti.
Los hombres necesitan entender cuán fuertemente las mujeres
necesitan estas afirmaciones. Para la esposa típica, difícilmente pueda recibir
suficientes. Un abrazo puede comunicar todas las afirmaciones del párrafo
anterior. Pero el afecto puede demostrarse de muchas formas, como ser: besos,
tarjetas, flores, cenar afuera, abrir la puerta del automóvil, tomarse de las
manos, caminatas luego de cenar, masajes en la espalda, llamadas telefónicas.
Hay mil formas de decir "te quiero". Desde el punto de vista de una
mujer, el afecto es el pegamento esencial de su relación con un hombre.
La segunda necesidad es la conversación. Las esposas necesitan que sus
esposos les hablen y las escuchen. Necesitan mucha conversación de doble vía.
En el tiempo de sus citas antes del matrimonio, la mayoría de las parejas pasan
tiempo demostrándose afecto y conversando. Esto no debería abandonarse luego
del casamiento. Cuando dos personas se casan, cada integrante de la pareja
tiene derecho a esperar que el mismo cuidado y atención amorosos que
prevalecían durante el noviazgo continúen después del casamiento. El hombre que
toma tiempo para hablar a una mujer tiene el camino abierto a su corazón.
La tercera necesidad es de sinceridad y franqueza. Una esposa necesita confiar en su
esposo plenamente. Un sentido de seguridad es la trama común entretejida a través
de cada una de las cinco necesidades básicas de una mujer. Si un esposo no
mantiene una comunicación sincera y franca con su esposa, socava su confianza y
termina por destruir su seguridad. Para sentirse segura, una esposa debe
confiar en que su esposo le dará información precisa acerca de su pasado, el
presente y el futuro. Si ella no puede confiar en las señales que él le envía,
no tiene ningún fundamento sobre el cual construir una relación sólida. En vez
de adaptarse a él, se siente desequilibrada; en vez de acercarse cada vez más a
él, se aleja de él.
El compromiso financiero es una cuarta necesidad que
experimenta una mujer. Ella necesita tener el dinero suficiente como para vivir cómodamente;
necesita apoyo financiero. No importa cuán exitosa pueda ser la carrera de una
mujer, en general ella quiere que su esposo gane el dinero suficiente como para
permitirle sentirse apoyada y cuidada.
La quinta necesidad es el compromiso familiar. Una esposa necesita que su esposo
sea un buen padre y tenga un compromiso con la familia. La vasta mayoría de
mujeres que se casan tienen un poderoso instinto para crear un hogar y tener
hijos. Sobre todo, las esposas quieren que sus esposos asuman un papel de
liderazgo en su familia y se comprometan con el desarrollo moral y educativo de
sus hijos.
Ahora veamos las cinco necesidades que tienen los esposos.
La primera es la satisfacción sexual. La esposa típica no entiende la
profunda necesidad que tiene su esposo del sexo más que el típico esposo
entiende la profunda necesidad de afecto de su esposa. Pero estos dos
ingredientes pueden trabajar muy estrechamente en un matrimonio feliz y
realizado. El sexo puede ocurrir naturalmente y frecuentemente si hay suficiente
afecto.
La segunda necesidad de un hombre es el compañerismo
recreativo. Él
necesita que ella sea su compañera de juego. No es infrecuente que las mujeres,
cuando son solteras, acompañen a los hombres en lo que a ellos les interesa. Se
encuentran practicando la caza, la pesca, jugando al fútbol o viendo deportes o
películas que nunca hubieran escogido por su cuenta.
Luego del casamiento, las mujeres a menudo tratan de
interesar a sus esposos en actividades más de su propio gusto. Si fracasan sus
intentos, tal vez alienten a sus esposos a continuar sus actividades
recreativas sin ellas. Pero esta opción es muy peligrosa para un matrimonio,
porque los hombres dan una importancia sorprendente a tener a sus esposas como
compañeras de recreación. Entre las cinco necesidades básicas masculinas, para
el esposo típico, pasar tiempo de recreación con su esposa solo es superado por
el sexo.
La tercera necesidad de un esposo es una esposa atractiva. Un hombre necesita una esposa que a
él le guste. El Dr. Harley dice que, en las relaciones sexuales, la mayoría de
los hombres encuentran que es casi imposible apreciar a una mujer por sus
cualidades interiores solamente; debe haber más. La necesidad de un hombre del
atractivo físico de su compañera es profunda.
La cuarta necesidad de un hombre es el apoyo doméstico. Él necesita paz y quietud. Es tan
profunda la necesidad que tiene un esposo de apoyo doméstico de su esposa que a
menudo fantasea sobre cómo ella lo recibirá amorosamente y agradablemente a la
puerta, y sobre hijos que se portan bien y que también están contentos de verlo
y recibirlo en la comodidad de un hogar bien mantenido.
La fantasía continúa. Su esposa lo lleva a sentarse y relajarse antes de
participar de una sabrosa cena. Más tarde, la familia comparte una caminata a
la noche, y él vuelve y acuesta a los niños sin inconvenientes o problemas.
Luego él y su esposa se relajan, charlan y tal vez ven un poco de televisión
hasta retirarse a una hora razonable para amarse. A las esposas tal vez les
cause gracia este escenario, pero esta visión es bastante frecuente en las
vidas de fantasía de muchos hombres. La necesidad masculina de que la esposa
"se ocupe de las cosas" --especialmente él-- es generalizada,
persistente y profunda.
La quinta necesidad es admiración. Él necesita que ella esté orgullosa
de él. Las esposas necesitan aprender a expresar la admiración que ya sienten
por sus esposos, en vez de presionarlos para obtener mayores logros. La
admiración sincera es un gran motivador para los hombres. Cuando una mujer dice
a un hombre que él es maravilloso, eso lo inspira a lograr más. Se considera
capaz de manejar nuevas responsabilidades y perfeccionar habilidades mucho más
allá de su nivel actual.
Si alguna de las cinco necesidades básicas de un cónyuge
queda sin satisfacer, esa persona se vuelve vulnerable a la tentación de una
aventura. Por lo tanto, la mejor forma de prevenir el adulterio es satisfacer
las necesidades de su cónyuge y fortalecer su matrimonio.
Referencia
Kerby Anderson es el director nacional de Probe Ministries
International. Recibió su B.S. de Oregon State University, M.F.S. de Yale
University, y M.A. de Georgetown University. Es autor de varios libros,
incluyendo Genetic Engineering (Ingeniería genética), Origin Science (La ciencia
de los orígenes), Living Ethically in the 90s (Cómo vivir éticamente en la
década del 90), Signs of Warning (Señales de advertencia), Signs of Hope
(Señales de esperanza), y Moral Dilemmas (Dilemas morales). Director general y
colaborador de los libros Marriage, Family and Sexuality y Technology,
Spirituality, & Social Trends, de Kregel Publications.
Comentarios
Publicar un comentario