JESÚS MORENO ¿RACISMO CIENTÍFICO? ¿O APRESURAMIENTO MEDIÁTICO “SOCIALMENTE CORRECTO”?
JESÚS MORENO ¿RACISMO CIENTÍFICO? ¿O APRESURAMIENTO MEDIÁTICO “SOCIALMENTE
CORRECTO”?
Quiero recalcar como cuestión previa, que la etnia de Jesús
el Galileo Nazaretano es intrascendente respecto a lo que predicó: El amor al
prójimo como así mismo, una sentencia que resume al anhelo de su padre para con
nosotros. ¿Y por qué debo de ocuparme por algo tan trivial? Por cuestión
académica, simple y llanamente, pues es usual que por estas fechas de Semana
Santa o de Navidad, siempre salgan los medios de comunicación con espíritu “socialmente
correcto” con esta noticia que es un refrito de hace más de diez años: Que la
imagen de Jesús no es la que conocemos, pero déjenme darle paso a los escritos
que variantes más o menos, dicen lo mismo:
“En el marco del día mundial contra la discriminación y el
racismo ¡Jesucristo era
moreno y de pelo negro!... Recientes investigaciones llevadas a cabo por científicos británicos atribuyen al profeta de Nazaret
un rostro muy diferente al tradicional.
La imagen de Cristo con cabellos rubios, ojos azules y piel
blanca, venerada durante siglos por la cristiandad occidental, ha quedado
descalificada por la antropología.
La nueva imagen, diseñada en computadora en la Universidad de
Manchester, utiliza el cráneo de un judío típico que vivió en Israel hace dos
mil años. El doctor Richard Neave, experto forense, tuvo a su cargo el delicado
proyecto.
Según la información publicada en España por el diario El
País (28-3-2001), la BBC, finalmente, se ha atrevido a aproximarse
científicamente al posible rostro que pudo tener Jesús. Lo ha hecho con la
ayuda de un cráneo judío del siglo I hallado en Jerusalén y de tecnología
gráfica digital de última generación. El encargado de la cuidadosa tarea de
reconstrucción facial ha sido el prestigioso forense Richard Neave (Universidad
de Manchester), que ha tratado de acercarse a la cara original que tuvo el
cráneo cubriendo con capas de arcilla la calavera; una técnica que ya había
empleado él mismo con éxito para identificar a la víctima calcinada de un
accidente ferroviario en Londres, y que es usada habitualmente por la policía a
fin de poder identificar cadáveres desfigurados.
El resultado es el nuevo y sorprendente rostro de un Jesús
con pómulos y nariz prominentes, cabello rizado y tez morena; nada que ver,
claro está, con la pálida, lánguida y suave faz con que se le ha representado
siempre. Según Jeremy Bowen, antiguo corresponsal de la BBC en Oriente Medio y
presentador de la serie titulada El hijo de Dios, para la que ha sido
reconstruido el rostro, ésta podría ser la versión más fiel a la realidad. ´Hay
muchos varones parecidos a éste en Jerusalén. Es un auténtico judío de la zona
y todavía puedes verle hoy pasear por la ciudad repetido en multitud de
rostros´, ha dicho.
El cráneo utilizado para la reconstrucción fue elegido por el
arqueólogo Joe Zygas, miembro del grupo que inspeccionó el cementerio
descubierto durante la construcción de la carretera en Jerusalén”.
Discusión:
Tomar un cráneo que hallaron en Jerusalén que tiene como
único punto a favor el que su dueño coexistió en el mismo siglo que Jesús, y
que tras reconstruirle un rostro se asuma que “ésta podría ser la versión más
fiel a la realidad”, es un juicio sesgadísimo, dada la variedad étnica de la
población en aquellos tiempos. Es como si dos mil años después del presente,
alguien quisiera reconstruir mi rostro puesto que no cuentan con mi calavera, y
al saber que soy peruano, y que como tales descendemos de los incas, y que
éstos a su vez de las tribus altiplánicas de los collas, lupacas y pacajes, en
lo que hoy es Puno, tomaran el cráneo de un puneño, la adosaran la arcilla y al
finalizar, concluyeran que así podría haber lucido, y en un arranque de
entusiasmo, además vaticinaran que tenía el cuerpo macizo, de talla pequeña y
las piernas sumamente musculosas sosteniendo un torso amplísimo… sí que es una aseveración
lejana a la verdad.
Jesús, el Galileo Nazaretano, no era un realmente un “judío
de sangre”, mas sí de religión; porque solo eran judíos de raza los que
descendían del distrito de Judea; una región del sur Cananeo a la que no le
alcanzó el desarraigo de las deportaciones de la invasión Asiria (Reyes II, 25:
1-7)
Los
Asirios había rediseñado el mundo con su nuevo orden, empezando con los
asentamientos humanos que su "industria de la guerra" ordenaba,
reinstalando los habitantes originales en la geografía donde habían comenzado
su historia, los prolegómenos antiguos de los orígenes, casi como los incas
hacían cuando sometían a un pueblo. Esto había convertido a la capital
Jerusalén como a una madre sin sus hijos, a los que vio irse y desaparecer con
las deportaciones, de cuyo exilio, muchos de las tribus mosaicas no volvieron
jamás.
Lo
que los Asirios hacían con las deportaciones, era terminar con el caos étnico
del mundo conocido en aquella época y que había sido provocado por las guerras tribales,
desconectando las personas con sus ancestros y las culturas, que eran raíz de
la civilización; una hecatombe de confusión Babilónica que amenazaba con
desintegrar los últimos vestigios de cultura, a donde los nómadas sin patria,
llevaban los resultados más catastróficos del salvajismo que suelen ser peores
que un diluvio; pues la guerra antigua despoblaba el mundo, porque exterminaba
a todos los hombres y se reservaba a las mujeres fértiles; y a veces a los
niños para hacerlos ejército... Asiria estaba apagando el fuego con fuego,
descargando su poder armamentista sobre el terrorismo de los reyes pastores.
Por
eso las tribus judaizadas cuando fueron sometidas, se les reubicó en las
regiones donde habían nacido sus antepasados, así las cosas, los reyes Asirios
ponían en los desiertos y estepas babilónicos, a los que eran descendencia, de
los que a su vez eran unos descendientes de los beduinos; como la tribu de
Abraham que jamás fue una nacionalidad, ni mucho menos lo fue la horda que
Isaac había dejado a Jacob.
Los
que habían comenzado como Nación Aramea, los Asirios les obligaron poblar las
ásperas regiones del sureste Sirio, a los Hititas se les marcaron sus
fronteras; a los que habían nacido Egipcios y alegaban ser sangre de Canaán, se
les mandaba volver a Egipto; o acabar como montañeses de Urartu y el Elam; y a
los más renuentes que habían nacido de las generaciones que Moisés, cinco
siglos atrás, y que no se desgastaron en los desiertos durante el Éxodo, se les
arrinconaba en la región de Partía (Irán).
¿De
dónde pues lo judaico como etnia de Jesús el Galileo, si a Galilea habíanle
deportado las tribus mosaicas de Asser, Zabulón, Neftalí e Isacar -(Reyes II
15,29)? Pues sí, a la región de Galilea fue colmada con Sirio-Arameos y restos
de los Cananeos (Reyes II 17,24) que eran descendencia de los antiguos "paleo-prehistóricos"
Jericotanos a quienes en el siglo XX antes de Cristo y antes de que apareciera Abraham,
la raza de los Hititas se habían mestizado con todos los habitantes autóctonos.
Y
más aún, si sobre todas esas naciones, el gran Alejandro Magno les sembró la raza
helénica, que se sumaron a la sangre de "los gigantes de peleseft" (de
allí el nombre: Palestina) que habían salido de la isla griega de Creta, los
que por una erupción volcánica emigraron al Medio, estacionándose en Gaza y
extendiéndose por todo el país Cananeo, poblaron la tierra con su titánica
estatura, desde Egipto a Gaza y Megido, formando la nación Filistea.
¿Entonces
la apariencia de Jesús el Nazaretano de Galilea era como el de un nacido en Jerusalén,
si la nación Galileíta era más Siro arameo y Siro fenicio que judía?; si a ello
le agregamos por fe que José, el carpintero Judío, solo era su padre tutelar,
mas no su padre biológico; y su madre era una cananea de la mezcla que había
originado, de hecho a los Fenicios, que eran la mezcla de Griegos con Siro
arameos. Todas esas naciones mencionadas, antropológicamente presentan ciertas
características como variaciones en el color de los ojos (azules, verdes,
mieles, y castaños) y en la coloración del pelo (amarillo, rojo o diversas
coloraciones dentro del marrón), la piel clara y elevada estatura.
Conclusión:
La
etnia es intrascendente para la relevancia del mensaje que Jesús nos
transmitió. Pero de ser acuciosos al respecto, es más probable que Jesús como
Galileo que fue, tuvo todas las características comunes a los pueblos Sirio
arameos.
Comentarios
Publicar un comentario