EL EVENTO FRUSTRADO
EL EVENTO FRUSTRADO
Este viernes 02 de octubre había
sido invitado a un recital en el teatro Municipal de Trujillo por parte de mi
amiga, la muy talentosa poetisa Teresa Argomedo, evento al que había estado esperando con
entusiasmo desde hacía una semana atrás… desafortunadamente, como reza el
refrán: “Dios dispone y el diablo lo descompone”, mis planes por recibir una
dosis de cultura se fueron al traste debido al efecto secundario de un
medicamento prescrito por un colega el día anterior, que inflamó parte de mi cara
y desdibujó aún más mi de por sí asimétrico rostro.
Pensando en la mejor manera de
disculparme con mi amiga, me quedé brevemente dormido, y en el sueño me vi
presente en el acto lírico, pero no como un ávido espectador sentado en los
cómodos asientos de la galería del teatro, sino como el protagonista de la obra
“El fantasma de la ópera” de Gastón Leroux, novela llevada al cine en numerosas
oportunidades.
En mi pesadilla, no era más que
el ser hosco y ermitaño que habitaba los altos del teatro, ocultándome del
mundo debido al complejo que tenía por la deformidad de mi cara y que
difícilmente podía cubrirla con un semi antifaz, y que para lograr un efecto de
terror en las personas que osaren mirarme de frente, me cubría
melodramáticamente con una capa oscura y terciada sobre uno de los hombros. Afortunadamente
no pude desarrollar más la pesadilla, pues el timbre del celular me terminó por
despertar y dar por concluida mi desazón, por lo cual debo de agradecer a la
oportuna llamada de Janny y su hermosa nena Sabrina, quienes con su sincera
preocupación por mi salud, terminaron por disipar del todo tan curioso juego de
Morfeo…y cavilando bien en este momento sobre las imágenes oníricas que tuve, vestirme
como el peculiar protagonista para asistir al evento hubiera sido más llamativo
que hacerlo sin tanta parafernalia…claro, si hubiera asistido al Teatro…
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