Significado del término Inca. Origen de la cultura.


Significado del término Inca. Origen de la cultura.

Manco Cápac y Mama Ocllo
El término “Inca” (“Inqa” en quechua) significa “Señor”, y para referirse al soberano se le adicionaba la palabra “Sapa”, que significa “Único”.

Estrictamente hablando, los Incas en pleno apogeo del imperio durante el reinado de Pachacútic (quechua: Pacha Kutiy Inqa Yupanki; “Señor del cambio del rumbo de la tierra, digno de estima”), jamás sobrepasaron los 60 mil miembros. Su imperio se formó gracias a la habilísima diplomacia desplegada para seducir a los poblados afines, manteniendo a la nobleza regional a las que se le prodigaba beneficios a cambio de su lealtad, y a los pueblos o curacas que se le resistían, hacer uso del ejército de sus aliados para que actúen de manera brutal y fijar precedente de lo que era oponerse a los Hijos del Dios Ti (Ti: Sol del Medio Día; Anti: Sol Naciente; Conti: Sol del Ocaso)

Origen de los Incas

A mediados del siglo XII una caravana de inmigrantes llegados del reino altiplánico Tiahuanaco (No es el nombre real de la civilización, sino Taypikala, ver anexo al final) venía huyendo de la invasión de los belicosos aimaras.

Este estado de habla puquina (pukina: “los curanderos”) que habitaba una de las islas del Titicaca (“Peña Reluciente”) fue invadido y asaltado por enormes oleadas militares procedentes del sur, lo que actualmente es Tucumán al norte de Argentina, y Coquimbo, al norte de Chile. Dichos invasores serían la etnia conocida como los “aimaras” (Aymará: “los que oyen”, este término aimara fue usado durante la colonia para economizar palabras al designar a una serie de etnias que en ocasiones se unían para hacer la guerra; estos pueblos estaban conformados por “Carangas”, “Soras”, “Casayas”, “Aullagas”, “Uruquillas”, “Asanaques” y “Quillazas”)

No se sabe con exactitud qué motivó a los aimaras a buscar mejores tierras al norte y desplazar a los tiahuanaco, probablemente fueron cambios climáticos, o quizá la invasión de otros pueblos.

Cualquiera que sea la causa, los aimaras atacaron repentina y contundentemente logrando ganar todo el territorio del Collao (“Terreno llano”) para ellos, mientras tanto los Taypikala o tiahuanacos se vieron obligados a emigrar por el norte. Hay evidencias arqueológicas descubiertas por Francis de Castelnau en 1845 y confirmadas por Max Uhle de que Tiahuanaco fue atacado cuando ésta estaba poblada, pues se hallaron construcciones sin completar.

Dado a la amenaza que representaban las invasiones sureñas de los aimaras, la aristocracia taypikala, junto a sacerdotes y algunas familias o ayllus buscaron refugio en las costas lacustres de Puno para dirigirse hacia el Oeste en un largo éxodo.

Llegaron a un lugar y desalojaron a los Tambotoco (tampu: lugar; tuqu: nicho o hueco), el líder Manco Cápac formó un grupo humano que constaba aproximadamente 10 familias, los cuales llegaron a Huañacancha (Waña: estrella en aymara, Kamcha: lugar en quechua), donde toma como esposa a Mama Ocllo, aquí también permanecieron algunos años.

Tras hacer una parada en el pequeño reino de Pallata, Manco Cápac y su pequeño ejército atacaron a las comunidades que habitaban el valle del Cuzco, y al ver sus excelentes condiciones de buen clima y suelos fértiles, decidieron establecerse allí. Más tarde Manco Cápac atacaría algunas comunidades aledañas, provocando así el temor de otras que cedieron voluntariamente algunas parcelas más. Una vez tomado el valle, se prosiguió a formar alianzas con las comunidades aledañas y opositoras mediante matrimonios de sus jefes con las mujeres Taypikalas. Este pequeño reino fue la próxima parada de Manco Cápac y su grupo. Aquí Sinchi Roca, hijo de Manco Cápac celebró su primer corte de cabello en una ceremonia llamada rutochicu (“corte de pelo”). Manco Cápac contrajo matrimonio con Mama Ocllo, y tomó otras esposas más.

Sin embargo, esto no bastaba, su estabilidad en el Cuzco se hacía difícil por los constantes ataques recibidos por otras etnias cercanas que querían expulsar a estos invasores. El señorío más grande era el de Ayamarca, cuyo tamaño ejercía un gran dominio incluso en lo que era el valle del Cuzco. Los Ayamarca eran descendientes directos de los Wari, y por muchos años infundieron temor a los Taypikala.

Con el discurrir de los años, los denominados Taypikala, sería conocidos como Inqa por los pueblos aliados o sometidos, y su desarrollo fue posible, porque los poderosos Ayamarca se encontraban en guerra en otros frentes al norte y oriente del Perú.

¿Somos descendientes de los incas?

Es incorrecto llamar incas a todos los pobladores del imperio, pues sólo la realeza, los sacerdotes y le élite guerrera eran incas. El resto del imperio seguía manteniendo su identidad, dioses y autoridades, y su número jamás pasó de 60 mil.

La denominación Tawantinsuyu es una denominación puramente administrativa, y significa: Las cuatro provincias.


Terminología:

Tiahuanaco: Cuando los conquistadores españoles llegaron al sur de un lago en el altiplano, quedaron asombrados al ver ruinas de una ciudad abandonada totalmente construida de grandes moles de piedra y extrañas esculturas. Inmediatamente llamaron a un nativo y los conquistadores le intentaron preguntar mediante señas cómo se llamaba esa ciudad. Al notar que el aborigen siempre decía "Thia wañaku", adoptaron el vocablo "Tiawanaku". Ahora bien, interesante, solo les estaba diciendo 'Es la ribera seca' en su lengua, el aymara (thia significa 'ribera' y wañaku, 'seca'): no estaba nombrando la ciudad en ruinas.
Taypikala: Realmente el nombre original no es Tiwanacu, ni Tiahuanacu, sino Taypikala o “Roca del centro”.
Pukina: Era la lengua hablada por los nobles Incas. El quechua (o Runa Simi: lengua de gente) era el pukina de uso popular.
Tambutoco o Tampu tuqu: Cerro mítico con cavernas de las cuales emergieron los Hermanos Ayar.

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