EL GRAN FRACASO DE LA REGIONALIZACIÓN. LOS SÁTRAPAS REGIONALES Y SU OPOSICIÓN AL DESARROLLO.
EL GRAN FRACASO DE LA REGIONALIZACIÓN. LOS SÁTRAPAS REGIONALES Y SU
OPOSICIÓN AL DESARROLLO
El Perú, es verdad, necesitó una regionalización antes que
una descentralización o desconcentración. Lima coloniza las provincias y los
provincianos colonizan Lima. La regionalización pudo permitir restaurar el
equilibrio aunque la capital ya no sea el Jirón de la Unión del sorites de
nuestro Abraham Valdelomar. La regionalización debió ser como la planteó el
sabio Pulgar-Vidal, una transversalización en que partiendo del mar territorial
-enriquecido con los cincuenta y seis ríos que bajan de los Andes - ganásemos
los pisos ecológicos andinos hasta descender a la baja y alta selva. Nos
hubiera significado construir unidades geoeconómicas en que su población aprovechase
las proteínas marítimas, lo agro-minero andino y lo hidro-forestal.
No ha sido así. Las regiones se han construido al azar. Se
entró en discusiones bizantinas sobre el nombre o sobre si tal o cual provincia
se incorporaban. Y esto se debe a que en el Perú no existe conciencia regional
sino provincial o municipal. Nuestro mundo nace de las jurisdicciones
coloniales. De ellas (Intendencias de Trujillo, Puno, etc.) vinieron los
departamentos. Hemos debido construir una regionalización por medio de corporaciones
dotadas de poderes legislativos y de rentas, previa reforma constitucional.
Regionalizar apolíticamente. Consociacionalmente, según el neologismo de Juan
José Linz. Una regionalización más allá de los términos gobierno – oposición.
La política para el poder central; la Política Vecinal para los ayuntamientos y
la Apolítica para las regiones.
Se crearon, en cambio, regiones que no actúan en virtud de
delegación, sino, arrogándose atribuciones constituyentes y disputándole el
poder al Parlamento y a los gobiernos centrales. Se olvida que la
regionalización no crea entes autárquicos sino meramente autónomos. Por
delegación, Luna Pizarro, conocedor del carácter nacional, dijo en la
Constituyente de 1827 que se oponía a la federalización del Perú “porque para organizarlo federalmente,
primero había que desorganizarlo”.
En los últimos tiempos rebalsados de tantas protestas, de
violencia exacerbada, de zonas convulsas y en donde, al parecer la vida de la
población carece de importancia, vemos que la regionalización tal cual está
planteada, ha fracasado. Sus máximos dirigentes, solo usan sus cargos como
plataforma política y obedecen únicamente a intereses personales discutibles,
el término de “Presidentes Regionales” les ha mareado y se creen con las mismas
prerrogativas del Presidente Constitucional, darles ese título, les han
convertidos en autócratas, en unos dictadorzuelos que se creen los dueños de
tierras, cielos y aguas donde se les dio la facultad de gerenciar,
aprovechándose del chauvinismo ignorante de las masas; de allí vienen sus
slogans anti-todo: “agua sí, … no”; “tierra sí, … no”; mientras se desplazan en
tremendos vehículos comprados con el dinero de los contribuyentes o en vuelos
de primera clase, de región en región, como una plaga que acecha las cosechas
del crecimiento económico sostenido, soliviantando los ánimos del fácilmente
impresionable vulgo, mientras desvían fondos para depositarlos en cuentas personales
ilegales en el extranjero... Parece increíble, sólo en los países del eje Caracas-Habana,
se resisten a dejar las trasnochadas ideologías comunistas, que ni en la misma
Rusia, se desean volver a seguir. Prometen igualdad y homogeneidad entre todas
las personas, como en los tiempos del Leninismo, Stalinismo y demás “ismos”,
donde se equipararon todos los sueldos, sean unos flojos o buenos trabajadores
en sus respectivas áreas, de nada vale que uno contribuya más al desarrollo
personal, familiar y social, no existe la meritocracia, todos son igualados con
un rasero, y sólo los que militan en esos grupos dogmáticos y recalcitrantes,
tienen opción de obtener mejores ingresos, a razón de convertirse en unos
perseguidores de toda causa que no camine de acuerdo a los designios de estos
Neo-Zares que gobiernan con Ukases inverosímiles…pero lo único que están haciendo
es repartir más pobreza y más subdesarrollo.
La pregunta es ¿Estamos a tiempo de cambiar? ¡Salvemos la
regionalización de aquellos tiranuelos!
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