LA INFIDELIDAD. PERCY ZAPATA MENDO.


LA INFIDELIDAD


Este es un tema muy álgido y común en las interrelaciones entre las parejas de nuestra sociedad. Según estudios múltiples realizados por universidades y otros centros de investigación, las cifras de infidelidad entre las parejas bordearían entre el 60 al 70% - así que usted mi estimado amigo/a, no se jacte y menos se burle de un tercero cuando sepa que le están coronando su testa con tremenda cornamenta parecida al papá de Bambi, pues sin querer, usted también puede ser uno/a más de las víctimas de este proceder felón por parte de la pareja a quien cree conocer y ser incapaz de tamaña traición-. Generalmente pensamos que la persona infiel es la única culpable, sin embargo la infidelidad es el resultado de la crisis de una pareja, pues quien es infiel lo hace porque busca en otra persona cuestiones sexuales, emocionales o intelectuales que su pareja no le da.

La infidelidad no sucede espontáneamente, siempre hay motivos que la provocan, pero ¡Ojo!, con esto no estoy justificando el proceder de algunos que sin mediar motivos, tienden a ser infieles eh, sólo estoy mencionando lo que es predominante en la mayor parte de la población en las que se hizo el estudio respectivo. La lista de razones es interminable, sin embargo, en todas parece haber una coincidencia y común denominador, que generalmente se intenta satisfacer las carencias en la pareja:

1. Cuando nos sentimos devaluados. Terminado el enamoramiento, enfrentamos a la pareja real y olvidamos a la idealizada, y sus conductas no siempre placenteras en la convivencia defraudan nuestras expectativas. Si la pareja nos abandona al centrarse sólo en sus objetivos personales y no en los de ambos, y al mismo tiempo nos relacionamos con una persona distinta que nos hace sentir más valorados, la elegimos inconscientemente como nueva compañera sentimental. Para las mujeres, es muy importante sentirse bellas y deseadas por el hombre; o ser valorados por el esfuerzo en nuestro trabajo y en el rendimiento en la intimidad, para los hombres. Si no se cumple ese objetivo, sienten una gran frustración y se devalúa la autoestima. Una forma de sentirnos de nuevo atractivos y deseadas, es siendo justipreciados o cortejadas en una relación extramarital.

2. La frecuente monotonía. Cuando nuestra pareja descuida el tiempo en común por sus actividades personales y deja de tener detalles cariñosos con nosotros, sentimos que el amor se acabó, se produce un distanciamiento y nos empezamos a sentir encadenados a pasar el resto de nuestros días en una relación que ha perdido su encanto. Un matrimonio sumido en la rutina y en el aburrimiento se puede venir abajo a causa de un encuentro con un intruso/a que llegue y nos aborde con el misterio, encanto y riesgo de los que carece nuestra relación.

3. Una vida sexual deficiente o mecánica. El sexo es un elemento esencial en la pareja y si éste es defectuoso, quien se siente insatisfecho tiende a buscar fuera de la relación la satisfacción sexual que no encuentra en su pareja. Si a pesar de sentir un gran amor por la pareja, en la cama no encontramos nada excitante, nos vengamos teniendo relaciones sexuales con otra persona, porque estamos enojados con nuestra pareja que no quiere hacer el amor o no quiere llevar a cabo nuestras fantasías sexuales.

4. Dependencia emocional de los padres. Si nuestra pareja no es emocionalmente independiente de sus padres y no establece límites respecto a ellos, esta conducta infantil nos hace sentir sin su apoyo, y nuestra necesidad insatisfecha de ser escuchados y atendidos nos impulsa a buscar una relación extramarital.

5. Búsqueda de nuevas sensaciones. Si se acaba la seducción del enamoramiento y se vive en el hastío de una relación, hay quienes necesitan seguir satisfaciendo su necesidad de seguir enamorados. La curiosidad de experimentar el sexo con otras personas y de vivir la aventura es un fuerte motor para buscar un affaire.

6. Idealización de la pareja. Para continuar idealizando a nuestra pareja, muchas veces elegimos como amante a una persona totalmente opuesta. Hay quienes llevan a cabo todas sus fantasías sexuales con el amante y no con la pareja para sentir que la siguen manteniendo en el concepto de "decente".

7. La pareja se lo permite o se hace de la vista gorda. Se dan casos en que la pareja está de acuerdo en que tengamos relaciones extramaritales, porque es consciente de que necesitamos satisfacer las deficiencias que existen en nuestra propia relación. Lo otro, es que a sabiendas que su pareja le es infiel, se niega a confrontar la situación, anteponiendo excusas como “lo hago por mis hijos”, o “yo le he preguntado a él/ella, y me ha dicho que la gente habla porque nos tienen envidia, además, yo le/a conozco bien y sé que él/ella es incapaz de hacerme esto”, o “él/ella es una persona madura, pero su trato es jovial y muy amiguero/a, no me da motivos para desconfiar porque desde que le conocí siempre ha sido así”.

8. Sentimos amenazada nuestra libertad. Cuando la pareja es asfixiante o nos da pavor perder nuestra independencia y quedar atrapados en una relación, intentamos sentirnos libres cometiendo actos de infidelidad.

9. Alarde de poder. Por haber obtenido poder, dinero y una posición social que les da cierta independencia y desahogo, hay quienes sienten que se han ganado el derecho a tener un mayor potencial sexual con el sexo opuesto.

10. Predisposición natural. Aquellos/as que tienen siempre la tendencia a la infidelidad y que no requieren de algún motivo para serlo. Este grupo, afortunadamente, no es el mayoritario, pues encajan en un grupo patológico conocido como Sociopatía, y entre otras cuyas características inherentes son: la ausencia de empatía, de miedo y remordimiento, también una visión de la autoestima distorsionada, una constante búsqueda de nuevas sensaciones (que pueden llegar a extremos insólitos), la falta de temor a las consecuencias. El egocentrismo, la falta de responsabilidad, la extroversión, el exceso de hedonismo, altos niveles de impulsividad, o la motivación por experimentar sensaciones de control y poder también son muy comunes.

Resumiendo:

La infidelidad es un síntoma de la serie de crisis por las que atravesamos como pareja. Si buscamos en el fondo, descubriremos que somos infieles cuando no encontramos en nuestra pareja lo que buscamos y nuestra relación no satisface completamente nuestras necesidades.

No obstante, es una predominante mayoría de los casos, por no decir en todos sin excepción, una vez infiel, queda siempre la tendencia latente y a la menor oportunidad se volverá a estas maniobras. El amor es la síntesis de todos los buenos sentimientos, entre ellos, la confianza y la fidelidad. Si fallan estos pilares fundamentales, lo demás caerá por más sólido que se crea el edificio llamado relación de pareja. 

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