EL INFORME KINSEY Y LA ESTADÍSTICA DEL “10% DE LA POBLACIÓN HOMOSEXUAL”. PERCY ZAPATA MENDO.
EL
INFORME KINSEY Y LA ESTADÍSTICA DEL “10% DE LA POBLACIÓN HOMOSEXUAL”
"Reescribiremos la historia,
historia llena de
vuestras mentiras y distorsiones
heterosexuales."
Manifiesto Gay de 1987. Michael Swift
Durante
años se ha "estimado" que el 10% o más de la población son homosexuales.
Este porcentaje se basa en los falaces estudios del Dr. Alfred C. Kinsey.
Kinsey, profesor de biología y experto en la clasificación de insectos de la
Universidad de Indiana, se dedicó por su propia cuenta a "investigar"
la sexualidad humana llegando a dolosos resultados como el de la tasa del 10%
mencionada. Esta tasa se ha mencionado rutinariamente en trabajos académicos,
materiales sobre educación sexual, informes gubernamentales y medios
noticiosos. También ha sido citada extensamente como "evidencia" de
la influencia política de los homosexuales, así como por activistas que
cabildean a favor de programas en pro del homosexualismo, como por ejemplo la
extensión de beneficios a las familias de empleados homosexuales en las grandes
corporaciones.
En
el Perú, el martes 01 de abril del 2014, el colectivo "¡Unión Civil Ya!", liderado por dirigentes del
Movimiento Homosexual de Lima (MHOL) así como de otras organizaciones de la
sociedad civil, se dirigieron hoy al Congreso de la República para presentar un
padrón de 10 mil firmas que respaldan el proyecto presentado por el congresista
Carlos Bruce el 12 de septiembre del 2013: "Proyecto
de Ley que establece la Unión Civil No Matrimonial para Personas del Mismo
Sexo", y que según el mencionado colectivo, favorecería a más de dos
millones de peruanos homosexuales. Como se puede apreciar, el movimiento
referido hace alusión que representan a más de dos millones de peruanos, dado
que la población total del Perú se estima en unos veintinueve millones de
habitantes, es obvia que han hecho un cálculo basándose en el consabido informe
Kinsey (La encuesta de “Datum”, realizada a nivel nacional con una muestra de
1200 peruanos, con un nivel de confianza de 95 por ciento, reveló que si bien
en Lima el rechazo era ligeramente menor -60 por ciento- al interior del país
este crecía hasta llegar a un 84 por ciento de ciudadanos que se oponen al
proyecto de ley de uniones homosexuales).
Pero
desde hace tiempo han existido muchas evidencias de que el índice del 10% es un
porcentaje demasiado alto. Las encuestas hechas con grandes cantidades de
personas en EE.UU., Canadá, Gran Bretaña, Francia, Noruega, Dinamarca y otras
naciones, muestran un cuadro de experiencias homosexuales de un 6% o menos, y
de una incidencia exclusivamente homosexual de un 1% o menos.
El
ejemplo más completo es el de una encuesta llevada a cabo por el Buró del Censo
de los EE.UU. desde 1988, para el Centro Nacional de Estadísticas sobre Salud
del Centro para el Control de las Enfermedades. La encuesta, que interroga unos
10,000 sujetos trimestralmente, sobre "Conocimientos y Actitudes Acerca
del SIDA", pregunta confidencialmente si alguna de varias de estas
afirmaciones son ciertas, incluyendo esta: "Usted
es un hombre que ha tenido relaciones sexuales con otro hombre al menos una vez
desde 1977". No más de un 3% de los 50.000 hombres que participaron en
la encuesta respondieron "sí" a por lo menos una de las afirmaciones.
Puesto que algunas de las otras respuestas afirmativas correspondían a las
otras cuestiones (transfusiones de sangre, uso de drogas intravenosas, etc.),
los datos definitivamente sugieren que la prevalencia de un comportamiento
homosexual esporádico es menos de un 3% entre los hombres.
La
mayoría de los estudios reportan que las mujeres constituyen la mitad de esta
prevalencia, de modo que el estimado de homosexualidad en la población femenina
en general sería menor del 1,5%.
Una
encuesta nacional mostró que 2,4% de los votantes en las elecciones presidenciales
del 1992 se describieron como homosexuales.
Muchas
otras encuestas revelan porcentajes similares. Los investigadores Paul y Kirk
Cameron (padre e hijo) han recopilado un nuevo reporte, "The Prevalence of
Homosexuality" ("La incidencia
del homosexualismo"), que resume más de 30 encuestas hechas en
cantidades grandes, de personas que no tenían prejuicios. He aquí algunas de
ellas:
·
Francia: Una
encuesta del gobierno de 1991-92 de 20.055 adultos reportó que el 1.4% de los
hombres y el 0,4% de las mujeres habían tenido relaciones homosexuales durante
los 5 años que precedieron a este sondeo. Las proporciones de conducta
exclusivamente homosexual a través de toda una vida fueron del 0,7% para los
hombres y el 0,6% para las mujeres; y de experiencias homosexuales durante toda
la vida fueron del 4,1% para los hombres y el 2,6% para las mujeres.
·
Gran Bretaña:
Una encuesta nacional de 1990-91 de 18.876 personas entre las edades de 10 a 59
años, arrojó que el 1,4% de los hombres habían tenido relaciones homosexuales
durante los 5 años que precedieron a la encuesta. Solamente el 6,1% de los
hombres había tenido experiencias homosexuales a través de toda su vida.
·
Estados Unidos:
Una encuesta nacional llevada a cabo por el National Opinion Research Center de
1.537 adultos, en la Universidad de Chicago, arrojó que de los adultos mayores
de 18 años sexualmente activos, el 1,2% de los hombres y el 1,2% de las mujeres
reportaron haber tenido relaciones homosexuales durante el año anterior a la
encuesta; del 4,9% al 5,6% de las personas de ambos sexos reportaron que desde
los 18 años habían tenido compañeros de ambos sexos, y del 0,6% al 0,7%
compañeros exclusivamente homosexuales.
Otra encuesta que comprende 36.741 estudiantes de
escuelas públicas desde séptimo a duodécimo grado del Minnesota Adolescent
Health Survey (1986-87), mostró que un 0,6% de los varones y un 0,2% de las
chicas se identificaron como "mayormente
o el 100% homosexuales"; el 0,7% de los varones y el 0,8% de las
chicas se identificaron como "bisexuales";
y el 10,1% de los varones y el 11,3% de las chicas "no estaban
seguros".
·
Canadá: En
un grupo de 5.514 estudiantes universitarios de primer año menores de 25 años
de edad escogidos a través de la nación se halló que el 98% era heterosexual,
el 1% bisexual, y otro 1% era homosexual.
·
Dinamarca:
En 1989 una encuesta de 3.178 adultos de las edades de 18 a 59 años hecha al
azar, arrojó relaciones homosexuales en un 2,7% de los varones. Menos de un 1%
de los hombres eran exclusivamente homosexuales.
Muchos
otros estudios también varían grandemente del que llevó a cabo el Kinsey, que
en retrospectiva, tiene poca validez. El nuevo reporte muy diseminado "Janus Report", arrojó el dato
de que el 9% de los hombres y el 5% de las mujeres pueden ser considerados
homosexuales y se basó en un grupo específico de personas previamente
seleccionadas, este es uno de los problemas. Los fallos en la metodología
también contribuyeron a estos resultados tan fuera de proporción.
Entre
las mayores fallas en el reporte de Kinsey se encuentran las siguientes:
1.
Alrededor de un
25% de los sujetos que Kinsey interrogó (5.300 hombres) eran o habían sido
prisioneros; un alto porcentaje de ellos estaban acusados de abusos sexuales
(él tenía las historias de unos 1.400 de ellos). Muchos de los que respondieron
fueron reclutados de instituciones sobre sexualidad, a los que habían asistido
para obtener respuestas a sus problemas sexuales; otros fueron reclutados por
criminales o por líderes de grupos homosexuales. Por lo menos 200 hombres que
practicaban la prostitución figuraban entre las personas entrevistadas, lo cual
puede haber aumentado hasta en un 4% los resultados. Otros grupos no estaban adecuadamente
representados, tales como las personas que iban a la iglesia; otros estaban
ausentes por completo. Kinsey presentó esto como una "encuesta de la población, cuidadosamente planeada". Su
falsa imagen de lo que la población estaba haciendo sexualmente, fue lo que
inició la revolución sexual.
2.
Ni siquiera el
mismo Kinsey dijo jamás que el 10% de la población era homosexual, sólo que “el 10% de los hombres mayores de 16 años
eran más o menos exclusivamente homosexuales por períodos de hasta tres años”. (Al
definir como adulto a un muchacho de 16 años o más, Kinsey representó como
comportamiento adulto los juegos homosexuales entre adolescentes heterosexuales
que pueden haber ocurrido solo una vez.) En el caso de las mujeres, la cifra
fue de casi la mitad de la prevalencia masculina. La cifra que dio Kinsey de
personas exclusivamente homosexuales durante toda la vida, fue de un 4%, y de
cualquier otra experiencia homosexual, el 37%.
3.
Las estadísticas
de Kinsey nunca se pueden considerar como algo definitivo porque los
voluntarios estaban prejuiciados. Muchas personas no quieren discutir su
sexualidad con una persona extraña que está tomando notas o con personas
anónimas que les hacen preguntas por teléfono. Se estima que con respecto a las
encuestas que se hacen sobre el tema de la sexualidad, existe un rechazo por
parte de personas que se niegan a participar de más de un 50%. Aunque los
homosexuales mantienen que el estigma social les impide estar completamente
representados en las encuestas, los investigadores han encontrado que los que
están "sexualmente liberados" están
más ansiosos de discutir el tema de su sexualidad que la mayoría de las otras
personas, y ello su puede apreciar en los medios de comunicación masiva: son
los gay abiertamente declarados los que constantemente hacen apariciones
públicas para manifestar su condición sexual.
Aunque
Kinsey ha sido criticado anteriormente por otros científicos, incluyendo el
psicólogo Abraham Maslow (cuyos consejos él ignoró), el mito del 10% fue
revelado a mitad de la década de los 80, cuando los estadistas comenzaron a
seguirle la pista a los casos de SIDA. Adaptando el estimado del 10% y los
casos de infección con HIV entre los hombres homosexuales, el Departamento de
Salud de la ciudad de Nueva York sobreestimó el número de casos de la población
homosexual infectada de HIV en 250.000 (indicando así indirectamente que el
número total de hombres homosexuales/bisexuales era entre 400.000 y 500.000).
En
1988 estos números fueron revisados y se llegó a las cifras de 50.000 y 100.000
respectivamente – para una población estimada en ese entonces de 250 millones
de habitantes -. Los Centros para el Control de las Enfermedades también
dejaron de usar las cifras de Kinsey para las proyecciones nacionales.
La
cifra del 10% no quedó grabada en piedra accidentalmente. En su libro publicado
en 1989 titulado “After the Ball”,
que es un programa de acción en favor de los homosexuales, Marshall Kirk y
Hunter Madsen, se jactan de que "cuando
a los heterosexuales se les pide un estimado formal, la cifra que con más
frecuencia se usa es la del 10% de homosexuales", estadísticas que
nuestros propagandistas han estado inculcándole al público durante años.
Sólo el 1% de los hombres admiten ser
homosexuales
La
afirmación de que el 10% de los hombres son "gay" (homosexuales) que
proviene de los estudios de Alfred Kinsey y ha sido diseminada por activistas
homosexuales, se está desvaneciendo debido al peso de nuevos estudios.
En
los últimos estudios que se han llevado a cabo, sólo el 2,3% de los hombres en
EE.UU. entre las edades de 20 a 39 dicen que han tenido una experiencia
homosexual en la última década. Sólo el 1,1% de ellos dicen que han sido
exclusivamente homosexuales. La encuesta aparece publicada en el Alan
Guttmacher Institute Journal. "En
términos de lo que se cree generalmente, tenemos que admitir que es
sorprendente", dice el investigador John O.G. Billy, del Battelle
Human Affairs Research Center en Seattle, EE.UU.
Los
datos son similares a los de otros estudios:
·
Para el caso de
España, lo pertinente es acudir a la única fuente oficial disponible, el INE y
su encuesta sobre comportamiento sexual de la población española que fue
parcialmente hecha pública el 27 de julio de 2004 por parte de la ministra de
sanidad. Esta encuesta, basada en 10.838 entrevistas practicadas el último
trimestre del 2003, señala que sólo el 1% de la población mantiene relaciones
exclusivamente homosexuales. La población que reconoce haber mantenido en
alguna ocasión este tipo de relaciones a lo largo de su vida es del 3%, un 3,7%
en los hombres y un 2,7 % en las mujeres.
Esto significa que la población homosexual de 18 y más
años sería de 335.060, mientras que la población que ha mantenido relaciones en
alguna ocasión, pero que no se define como homosexual, sería de 601.008 hombres
y 466.087 mujeres. Como puede constatarse estas cifras están absolutamente
alejadas de los 4 millones que declaró el gobierno. Por otra parte, los rangos
establecidos por el INE en su encuesta son coherentes con los de los estudios
internacionales realizados hasta la fecha, que sitúan a la homosexualidad en
torno al 1% y la experiencia homosexual en alguna ocasión en el 3-4%.
Mitos acerca de la homosexualidad en la
historia del mundo
1.
La homosexualidad siempre ha sido aceptada en todos los periodos de la historia
del mundo.
Eso
es una ficción. La práctica de la homosexualidad ha ocurrido en varias épocas
de la historia del mundo y ha sido condenada como un tabú social y moral en
todos los casos, excepto en unos pocos. Los antropólogos declaran que solamente
durante un período del Japón antiguo y en unos pocos casos de grupos especiales
de tribus primitivas, es que la práctica de la homosexualidad ha sido aprobada.
Esta es la verdad: El 2% de los individuos en promedio de una sociedad que
practican la homosexualidad observan una conducta que -hasta últimamente- raras
veces ha sido permitida, y mucho menos promovida como un estilo de vida
deseable.
2.
Los antiguos griegos practicaban la homosexualidad libremente, al igual que sus
grandes filósofos.
Eso
es incorrecto. Durante la Edad de Oro de Atenas, la práctica de la
homosexualidad fue declarada contra la ley y se la castigaba severamente. A
pesar de lo que eruditos con prejuicios políticos puedan decir, los escritos de
Sócrates y Platón demuestran claramente que no sólo no eran homosexuales, ¡sino
que se oponían vehementemente a la conducta homosexual! Platón mismo fue
víctima de sodomía por parte de un regente homosexual, una experiencia que él
condenó como la más degradante y humillante de su vida. Más tarde escribió con
respecto a la homosexualidad: "¿Quién
en su sano juicio podría promulgar una ley que protegiera tal conducta?"
¡Ese era Platón!
Esopo,
en sus “Fábulas”, 528, refiere con la palabra griega para "vergüenza", Aidos,
a quien también se la nombraba como la diosa del pudor, el respeto, la
modestia, la reverencia y castigadora de las transgresiones morales. Su
acompañante, el cruel Némesis
(Indignación), "Aquel que acarrea la
cólera de Aidos", una divinidad vengadora que encaja bien en la noción
de "karma" o de "castigo por los pecados". Del mito de
Aidos, quien estaba asociada al ano, se deduce que, según la mentalidad
tradicional griega, el sexo anal implica, a la vez, desvergonzarse (el pudor
era considerado virtud en Grecia) y esparcir la vergüenza alrededor de uno.
“Cuando Zeus creó al ser humano y a sus
propiedades del alma, las introdujo en cada ser humano. Sin embargo, dejó fuera
a la vergüenza (Aidós: reverencia, respeto, pudor, modestia). Puesto que no
sabía dónde insertarla, ordenó que fuese insertada en el ano. La Vergüenza, sin
embargo, se quejó de esto y se molestó, considerando que la petición de Zeus
estaba por debajo de su dignidad. Puesto que se quejaba profusamente, la
Vergüenza dijo: ´accederé a ser insertada de este modo, sólo a condición de
que, cuando entre algo después de mí, yo saldré inmediatamente´”.
3. La oposición al homosexualismo es una
idea nueva inventada por los derechistas religiosos.
La
oposición a la homosexualidad y su desaprobación no es nada nuevo. Esa ha sido
la respuesta de la humanidad a través de la historia. Cuando algunos individuos
de la sociedad de la Grecia antigua comenzaron a practicarla, el gran
legislador persa Hammurabi declaró con desprecio que era "una mancha de la que ningún hombre podía limpiarse."
La
tradición judeo-cristiana, cuyos principios fueron la base sobre la que se
fundaron los Estados occidentales, ha condenado el homosexualismo como una
abominación ante Dios. Esto no quiere decir que los homosexuales deban ser
maltratados o privados de sus derechos civiles (algunos de los cuales pueden
ser limitados por desórdenes de conducta que dañen la integridad física o moral
de otras personas, como los niños); pero significa que nuestra cultura está de
acuerdo con la tradición de todas las sociedades civilizadas cuando desaprueba
la conducta homosexual o se opone a ella. Lo que es realmente nuevo es el poder
sin precedentes, político y cultural, del movimiento homosexual militante. Los
que desaprueban el homosexualismo nunca habían sido amenazados antes con la
pérdida de su libertad de palabra y creencias, simplemente por razón de sus
convicciones.
4. Las grandes obras de la civilización
occidental se deben a genios homosexuales.
Eso
no es cierto. En realidad, esa afirmación fue hecha por primera vez por David
Thorstad, un homosexual militante y miembro de la Asociación Norteamericana de
Amor entre Hombres y Niños o NAMBLA (North American Man-Boy Love Association),
grupo de pederastas (adultos que tienen relaciones sexuales con menores). Como
puede verse, estaba defendiendo a los pederastas cuando hizo esa declaración.
La
mayoría de los homosexuales militantes se refieren a Grecia y sus grandes
filósofos cuando hacen esta declaración, pasando por alto el hecho de que
Sócrates y Platón hicieron constar que no sólo eran heterosexuales, sino que se
oponían vehementemente a la práctica de la homosexualidad, como ya hemos
revisado en el ítem 2.
ANEXO
El informe Kinsey, un
"bluff" científico
El célebre informe Kinsey sobre la sexualidad del
varón dio carta de normalidad en 1948 a conductas que hasta entonces se
consideraban infrecuentes y proporcionó a su autor la aureola científica de
sexólogo. Pero una minuciosa biografía ahora publicada aporta las pruebas de
que Kinsey interrogó a personas de conducta sexual atípica, sin respetar las
reglas de una auténtica investigación científica. Kinsey sale bastante
malparado, como hombre y como sexólogo.
Si alguien sigue repitiendo que el 10% de la población
es homosexual es porque lo dijo en 1948 Alfred Kinsey en el célebre informe que
lleva su nombre. Y porque desconoce el informe de la Universidad de Chicago, de
1994, que rebaja esa cifra hasta el 2,4%. Las afirmaciones y datos sobre el
comportamiento sexual de los estadounidenses que difundió Kinsey fueron
aceptadas de modo acrítico. Sus abundantes estadísticas daban la impresión de
rigor científico. Pero como revela una documentada biografía realizada por
James Howard Jones (Alfred Kinsey: A Public/Private Life, W.W. Norton &
Company), los métodos de Kinsey no se atenían a las reglas científicas.
Con el respaldo de 12.000 testimonios que utilizó en
su investigación, Kinsey concluyó que en la sociedad norteamericana eran habituales
prácticas sexuales consideradas atípicas.
Su trabajo sobre la conducta sexual de los varones
norteamericanos (1948) tuvo una acogida tan popular -200.000 ejemplares
vendidos en seis meses-, que bastó para amordazar las críticas que algunos
expertos hicieron entonces al método estadístico empleado.
Por el éxito del informe, Kinsey dejó de ser profesor
de zoología y se convirtió en sexólogo. Se creó el Instituto Kinsey y en 1953
se publicó la parte del informe dedicada a la mujer. Kinsey falleció en 1956,
pero los datos aireados por sus trabajos (acerca de la homosexualidad, la
infidelidad matrimonial, etc.) han influido durante décadas en la forma de
valorar los comportamientos sexuales.
Para escribir su biografía, James Howard ha trabajado
durante 20 años y ha tenido acceso a todos los archivos del Instituto Kinsey.
En su libro, Kinsey aparece como un obseso, que animaba a sus ayudantes y a sus
esposas a multiplicar sus experiencias sexuales y practicar el intercambio de
parejas, para tener material de experimentación. Jones asegura que Kinsey se
propuso, como fin último de su informe, hacer aceptable la homosexualidad en la
sociedad norteamericana. Y para ello utilizó una selección estadística
acientífica. La muestra de las personas interrogadas en sus investigaciones no
es extrapolable a la población estadounidense, porque el sexólogo prefería
encuestar a gente que relataba sin rodeos sus experiencias sexuales, como
sadomasoquistas, homosexuales, travestidos y pederastas.
Jones cuenta también que el actual director del
Instituto Kinsey, John Bancroft, reconoció en diciembre de 1995 que las
observaciones sobre la sexualidad de los niños pequeños que difundió Kinsey no
procedían de varios testimonios -como mantenía el sexólogo-, sino de uno solo:
un pederasta acusado de abusar de 317 adolescentes
Actualización del estudio
Kinsey
Los norteamericanos tienen una vida sexual menos
activa de lo que se pensaba, los índices de fidelidad son relativamente altos
y, en consecuencia, resulta bastante improbable que pueda haber una epidemia de
SIDA entre los heterosexuales. Estas son algunas de las inesperadas
conclusiones que revela el más amplio estudio realizado en Estados Unidos desde
el informe Kinsey sobre las prácticas sexuales. El nuevo informe, dirigido por investigadores
de la Universidad de Chicago, se titula La organización social de la sexualidad
y está creando polémica por ir en contra de algunos estereotipos.
No hace falta ser sociólogo para advertir que, en las
declaraciones sobre la propia conducta sexual, la gente tiende más bien a
exagerar o a no decir toda la verdad. Por eso, hay que acoger con reservas las
encuestas sobre estas intimidades. Aunque también será discutido, el nuevo
estudio ha tomado sus precauciones para realizar lo que se presenta como el
"primer estudio global y científicamente preciso" del sexo en EE.UU.
Los investigadores seleccionaron aleatoriamente los hogares que iban a componer
la muestra y, a su vez, eligieron del mismo modo a quién iban a entrevistar
personalmente en esa casa. Al final consiguieron que respondiera el 79% de la
muestra elegida, esto es, 3.432 personas representativas de la población de 18
a 59 años.
Según uno de los expertos, el valor científico del
estudio está "a años luz por delante del informe Kinsey". De hecho,
los expertos siempre han dicho que el famoso informe Kinsey de 1948 y 1953 se
basó en una muestra de voluntarios poco representativa, de modo que sus
conclusiones no podían extrapolarse a la población general.
El nuevo estudio de 700 páginas, realizado por un
equipo de investigadores de la Universidad de Chicago, revela unos datos más
acordes con la experiencia corriente. "Lo
más sorprendente es lo convencional que es la vida sexual de los
norteamericanos", dice el director de la investigación, Robert
Michael, decano de la Harris School of Public Policy Studies de la Universidad
de Chicago. "A diferencia de lo que
uno podría crear por las películas y las novelas, la mayoría de la gente cambia
poco de pareja y tiene relaciones sexuales más bien infrecuentes". En
definitiva, los resultados, en línea con la experiencia de la mayoría, pueden
tranquilizar a los que creían que eran "raros".
Según el estudio, un tercio de los norteamericanos
tienen relaciones sexuales una o más veces a la semana, otro tercio pocas veces
al mes y otra tercera parte pocas veces al año o nunca.
Aunque el divorcio sea frecuente en Estados Unidos,
las declaraciones de los encuestados muestran un índice relativamente alto de
fidelidad en el matrimonio: el 75% delos hombres casados y el 85% de las
casadas declaran ser fieles a su cónyuge. "El
matrimonio es una institución social tan poderosa -escriben los autores- que,
por lo general, los casados son parecidos: son fieles a su cónyuge mientras el
matrimonio está intacto". Además, las parejas monógamas son las que
tienen una vida sexual más activa y las que más felices aseguran ser. Y aunque
el número de parejas a lo largo de la vida varía mucho según las personas, la
media es de dos en el caso de las mujeres y seis en el de los hombres.
Otra conclusión importante del estudio va en contra de
la idea de que el riesgo de SIDA afecta igualmente a todos los grupos, también
a los heterosexuales. El estudio afirma que "los
contactos sexuales entre grupos no infectados y los infectados son poco frecuentes",
y que los heterosexuales que se infectan de este modo tienen pocas parejas, por
lo que no cabe esperar que provoquen una epidemia. "Por lo tanto -afirman
los autores-, creemos que el SIDA está confinado, y probablemente seguirá
estándolo, a los grupos de riesgo en los que empezó: varones homosexuales y
drogadictos por vía intravenosa y sus parejas sexuales. Estamos convencidos de
que no hay y probablemente no habrá nunca una epidemia de SIDA entre los
heterosexuales de este país".
Un dato elocuente es que un tercio de las mujeres
jóvenes encuestadas declara que lo que les llevó a tener relaciones sexuales
por primera vez fue la presión del ambiente juvenil. Los autores del estudio
piensan que este dato tiene implicaciones importantes para evitar los embarazos
indeseados de las jóvenes.
La encuesta desmiente también la creencia -propagada
por el movimiento gay- de que el 10% dela población es homosexual. En la
encuesta, sólo el 2,7% de los hombres y el 1,3% de las mujeres se identifican
como homosexual o bisexual, si bien un porcentaje mayor declara haber tenido al
menos una experiencia de este tipo desde la pubertad.
LA SUPUESTA HOMOSEXUALIDAD DE SÓCRATES
Este planteamiento
ha sido elaborado muchas veces y me apena que contesten con una absoluta
ignorancia sin analizar ni haber leído nada, son solo respuestas de
"oídas" que se encargan de propagar el rumor y el descrédito, y
contestare a falacia con fundamentos esperando que ustedes saquen sus
conclusiones y lleguen a lo obvio: que Sócrates no fue homosexual.
Cuenta la historia
que, uno de los hombres más ricos y poderoso de toda Grecia lo fue el político
y militar Alcibíades, pero particularmente se le conocía por ser sumamente
atractivo y tan bien parecido como ningún griego, a tal grado que pocas mujeres
podían resistir sus encantos y seducción.
En su dialogo "El Banquete o El Elogio de Eros",
Platón nos narra la reunión que tuvo lugar entre varios filósofos y hombres
insignes entre los que se encontraba el mismo Platón, Sócrates, Aristófanes,
Alcibíades y otros más, en que se discurrió para hacer un Elogio del Amor - por
eso se llama así el dialogo - y después de haber tomado la palabra varios de
ellos, cuando tocó su oportunidad a Alcibíades, aprovechó para hacer un
reconocimiento de Sócrates quien, ejercía un gran poder seductor sobre el
militar (“estratego”), siempre
impaciente de lo que dijera Sócrates cuya sabiduría no tenía par
Aquí transcribo las
palabras de Alcibíades
Alcibíades:
"Que hable otro aunque sea el orador más hábil no hace impresión sobre
nosotros, pero que hables tu u otro que repita tus discursos, todos se sienten enajenados.
[...] respecto a mí, cuando le oigo el corazón me late con violencia, sus
palabras me hacen derramar lágrimas; y veo también a muchos de los oyentes,
experimentar las mismas emociones [...] así es que me veo obligado a huir de él
tapándome los oídos, como quien escapa de las sirenas. Ya veis el ardor que
manifiesta Sócrates por los jóvenes hermosos; con que empeño los busca (“escolio”: inclinación o Filos, no empleó el
término Eros) [...]. Sabed, que la belleza de un hombre es para él el
objeto más indiferente. No es posible imaginar hasta qué punto la desdeña, así
como las riquezas y las demás ventajas envidiadas por el vulgo. Sócrates las
mira todas como de ningún valor y a nosotros mismos como si fuéramos nada y
pasa toda su vida burlándose y chanceándose con todo el mundo. Pero cuando
habla seriamente y muestra su interior al fin, no sé si otros han visto las
bellezas que encierra, pero yo las he visto, y las he encontrado tan divinas,
tan preciosas, tan grandes y tan encantadoras, que me ha parecido imposible
resistir a Sócrates. Creyendo al principio que se enamoraba de mi hermosura, me
felicitaba yo de ello, y teniéndolo por una fortuna creí que se me presentaba
un medio maravilloso de ganarle, contando con que, complaciendo sus deseos, obtendría
seguramente de él que me comunicara toda su ciencia. Por otra parte, yo tenía
un elevado concepto de mis cualidades exteriores. Con este objeto comencé por
despachar a mi ayo (sirviente), en
cuya presencia veía ordinariamente a Sócrates, y me encontré solo con él.
Es preciso que os
diga la verdad toda: estadme atentos, y tú, Sócrates, reprendedme si falto a la
exactitud. Quedé solo con Sócrates y esperaba siempre que tocara uno de
aquellos puntos que inspira a los amantes la pasión cuando se encuentran sin
testigos con el objeto amado, y en ello me lisonjeaba y tenía placer. Pero se
desvanecieron por entero todas mis esperanzas. Sócrates estuvo todo el día
conversando conmigo en la forma que acostumbraba y después se retiró. Enseguida
de esto, le desafié a hacer ejercicios gimnásticos esperando por este medio
ganar algún terreno. Nos ejercitamos y luchamos muchas veces juntos y sin
testigos. ¿Qué podré deciros? Ni por esas adelanté nada. No pudiendo
conseguirlo por este rumbo me decidí a atacarle vivamente. Una vez que había
comenzado no quería dejarlo hasta saber a qué atenerme. Le convide a comer como
hacen los amantes que tienden un lazo a los que aman; al punto, rehusó, pero al
fin concluyo por ceder (a comer).
Vino, pero en el momento que concluyo la comida, quiso retirarse. Una especie
de pudor me impidió retenerle. Pero otra vez le tendí un nuevo lazo; después de
comer prolongue nuestra conversación hasta bien entrada la noche, y cuando
quiso marcharse le precise a que se quedará con el pretexto de ser muy tarde.
Se acostó en el mismo escaño en el que había comido; este escaño estaba cerca
del mío, y los dos estábamos solos en la habitación.
Hasta aquí nada hay
que no pueda referir delante de todo el mundo, pero respecto a lo que tengo que
decir, no lo oiréis sin que os anuncie aquel proverbio de que los niños y los
borrachos dicen la verdad; luego qué, se metió la luz y los esclavos se
retiraron, creí no debía andar en rodeos con Sócrates, y que debía decirle mi
pensamiento francamente.
"Le toqué y le
dije:
-"Sócrates,
¿duermes?
-No- respondió él.
-y bien, ¿sabes lo
que yo pienso?
-¿Qué? […]
Creí que el tiro que
yo le había dirigido había dado en el blanco. Sin darle tiempo para añadir una
palabra, me levanté envuelto en esta capa que me veis, porque era invierno, me
ingerí debajo del gastado capote de este hombre y abrazando a tan divino y
maravilloso personaje pasé junto a él la noche entera. En todo lo que llevo
dicho, Sócrates, Creo que no me desmentirás.
¡Y bien! después de
tales tentativas permaneció insensible, y no ha tenido más que desdén y
desprecio para mi hermosura, y no ha hecho más que insultarla; y eso que yo la
suponía de algún mérito, amigos míos. Pongo por testigos a los dioses y a las
diosas; salí de su lado tal cómo hubiera salido del lecho de mi padre o de mi
hermano mayor.
Desde entonces, ya
debéis suponer cuál ha debido ser el estado de mi espíritu. Por una parte me
consideraba despreciado, por otra, admiraba su carácter, su templanza, su
firmeza de alma y me parecía imposible encontrar un hombre que fuese igual a él
en sabiduría y en dominarse a sí mismo. […] lo que hace a Sócrates digno de una
admiración particular, es que no se encuentra otro que se le parezca, ni se
encontrara ninguno ni entre los antiguos ni entre los modernos que se aproxime
ni remotamente a éste hombre […] y que encierre las imágenes más nobles de
virtud; en una palabra, todo cuanto debe tener a la vista el que quiera hacerse
hombre de bien”.
Tal es el testimonio
de Alcibíades que nos llega a través de la pluma de Platón amigo; ustedes
deciden. No hagan eco de palabras insensatas.
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(NAMBLA), Thorstad is uniquely qualified to write on this topic."
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