¿PORQUÉ SE PRODUCE EL DOLOR DE OÍDOS?. PERCY ZAPATA MENDO.
¿PORQUÉ
SE PRODUCE EL DOLOR DE OÍDOS?
El
dolor en los oídos es uno de los malestares más frecuentes durante la infancia,
como pueden afirmarlo los padres. La infección del oído medio (otitis media
aguda) es la causa más común en niños y adultos. Dolor intenso, fiebre y
pérdida parcial del oído pueden preceder a la ruptura del tímpano y secreción
de líquido.
A
veces la infección afecta el conducto auditivo externo, inflamándolo y causando
un absceso o furúnculo muy doloroso.
Aunque
es un caso muy raro, hay un tipo de herpes que forma ampollas en el conducto y
produce dolor tiempo después que la infección ha cedido.
No
todos los dolores del oído provienen de problemas auditivos. Debido a que los
mismos nervios causan la inervación del oído y zonas adyacentes, el dolor puede
ser causado por problemas dentales, infecciones de la garganta o algún problema
muscular de mandíbula o cuello.
Un
resfriado, la gripe, la fiebre escarlatina, las paperas y el sarampión pueden
provocar dolor de oídos. Como el oído, la nariz y la garganta están conectados,
resulta fácil que los virus y las bacterias penetren en las trompas de
Eustaquio para asentarse en el oído medio, donde se reproducen. La membrana
mucosa que cubre el oído medio intenta defenderse produciendo líquidos, y así
la presión aumenta causando dolor y pérdida temporal del oído.
Un
dolor persistente, como cualquier dolor constante, no debe esquivarse. Las
infecciones del oído pueden ser resultado de mastoiditis, meningitis o abscesos
cerebrales. Por fortuna, si la atención es inmediata, estas complicaciones son
raras.
¿Por qué el aire afecta a los oídos?
Hay
muchas actividades que hacen estallar los oídos: si se sube a lo alto de un
rascacielos, se debe tragar saliva varias veces para corregir la sensación
opresiva dentro de los oídos. De igual forma, al volar, especialmente en una
cabina no presurizada, o al esquiar cuesta abajo, puede sentirse la misma
molestia en los oídos.
Todas
estas actividades tienen algo en común: adondequiera que uno viaje rápidamente,
sea a las alturas o al nivel del mar, la presión del tímpano sufre un cambio
abrupto. Al ganar altura, la presión atmosférica es menor que en tierra; bajo
superficie se mantiene alta. Si sube, el aire del oído medio mantiene la
presión al ras del suelo. Si desciende, el aire exterior presiona el tímpano.
Es
normal que la presión interior y exterior del oído sea la misma, que es
mantenida por las trompas de Eustaquio que unen el oído medio y la garganta. Si
se escala una montaña, se deberá tragar saliva varias veces, lo que permitirá
que una válvula en el extremo de las trompas de Eustaquio se abra, permitiendo
que entre o salga aire para equilibrar la presión del exterior con la del
interior. Cuando se viaja a gran velocidad, no recordamos hacer esto hasta que
el tímpano nos lo exige.
Esta
molestia de los oídos es conocida como barotrauma y suele desaparecer
especialmente si se traga saliva varias veces. El peligro surge por el cercano
vínculo entre garganta y oídos. Si existe un resfriado fuerte, los oídos pueden
sufrir daños; en cualquier caso, por nuestro propio bien será mejor no viajar
hasta estar repuestos por completo.
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