¿QUIÉNES FUERON LOS PRIMEROS DUEÑOS DE LIMA TRAS LA CONQUISTA ESPAÑOLA?
¿QUIÉNES
FUERON LOS PRIMEROS DUEÑOS DE LIMA TRAS LA CONQUISTA ESPAÑOLA?
Lima, 1906. Jirón de La Unión, con sus típicas banderolas italianas. |
Cuando
Francisco Pizarro y sus huestes llegaron para repartirse Lima como una inmensa
torta de tierra lo tuvo que hacer entre 80 de sus primeros compañeros y con las
leyes de indias en mano.
Un
terreno promedio en la ciudad de aquel entonces, más o menos comprendía un
cuarto de manzana –2,500 metros cuadrados–, y otro similar en el campo, esto es
lo que recibieron los conquistadores como lote inicial. Al final, 214 hectáreas
terminaron dividas en 117 manzanas.
A
la iglesia católica le correspondió parte del actual Miraflores, que fue
entregado al convento de La Merced, San Isidro a los dominicos, y la hacienda San
Juan a los jesuitas. Posteriormente, estos conventos cedieron sus tierras a
particulares en calidad de enfiteusis (modalidad de arrendamiento momentáneo),
terrenos que ya no recuperaría jamás en muchos de esos casos.
Sin
embargo, pasaron muchos años para que algunas familias fueran constituyendo
importantes haciendas en lo que hoy es Lima. Compras y ventas entre
distinguidos limeños fueron parte de ese proceso. “Había dos motivos para dejar
una hacienda: si la familia caía en quiebra o se iba a vivir a Europa”, cuenta
el arquitecto Juan Günther.
La
historiadora Ileana Vegas, quien realizó un estudio sobre las propiedades de
Lima en el siglo XVIII, cuenta que en esa época ya habían 223 haciendas en los
cinco valles de Lima. Algunas tierras llevaban el apellido de sus dueños, como
la hacienda Orrantia, de Josefa Orrantía; y Matute, perteneciente a Pablo
Matute.
En
1839, José María de Córdova y Urrutia publicó La estadística histórica y
geográfica de Lima. El número de propiedades no había cambiado mucho con
relación al siglo anterior. En el distrito de Bellavista se encontraban 23
haciendas dentro de las cuales estaban Maranga, Pando y Mirones. El distrito de
Miraflores –que pertenecía al valle de Huatica– se ubicaba San Isidro, Santa
Beatriz y Lince.
“En
esa época no había grandes acumulaciones de tierras porque tener una hacienda
era sinónimo de estatus social”, explica la historiadora Vegas.
La plaza Italia
El
panorama de Lima fue cambiando a fines del siglo XVIII, cuando los inmigrantes
italianos comenzaron a tener fortunas. En 1876 se contaban más de 7 mil
italianos en el Perú. Informes oficiales señalan que los italianos que estaban
en el Perú destacaban por ser los más ricos que sus compatriotas que estaban en
otros países. Las crónicas cuentan que el italiano promedio que llegaba a
nuestro país abría una pequeña tienda (conocía como pulpería) y luego iniciaba
un negocio mayor.
Esa
colonia llegó a tener tanto poder económico que en 1889 fundó el Banco
Italiano, después este se transformó en el actual Banco de Crédito. Para ese
año varias haciendas de Lima ya estaban en propiedad de inmigrantes italianos.
En el libro “La huella italiana en el Perú”, de Manuel Zanutelli, se indica que
en 1880 la hacienda Chacarilla del Estanque de Surco era administrada por
Giácomo y Nicola Orezzoli. En tanto, en 1906, Giovanni Raviña y Luigi Cúneo
eran locatarios de la hacienda Villa de Chorrillos.
Unos
años antes –1899–, las haciendas del valle de Carabayllo, Chacra Cerro y
Constancia eran trabajadas por Giuseppe Devescovi, mientras que la familia
Canevaro fundó la sociedad agrícola Caudivilla, compuesta por siete haciendas
que hoy son parte de los distritos de Carabayllo y Puente Piedra. Pero eso no
fue suficiente pues Francisco Talleri poseía la gran hacienda “El Naranjal”,
hoy parte de Los Olivos.
La
ayuda financiera que comenzó a dar el Banco Italiano a su colonia fue tan
importante que cada vez más inmigrantes de ese país lograron adquirir más
tierras. En el Callao, Tommaso –o Tomás– Valle, un antiguo pulpero, adquirió en
1902 la hacienda Bocanegra. Años después pasó a manos de Giuseppe Cúneo y Eduardo
Bosio.
En
otro lado de la ciudad, Ate, Juan Enrique Capurro manejaba la hacienda Capurro
y en 1911 se asoció a Toribio Rovegno. En Surco, Olivo Chiarella trabajaba los
fundos Portocarrero y La Perales. Así continúa la lista de propiedades limeñas:
llena de apellidos italianos.
El
sociólogo Giovanni Bonfiglio –estudioso de la colonia italiana en nuestro país–
indica que el eslabón comenzaba con el pequeño negocio y culminaba en la
construcción o en las propiedades inmuebles, a veces en el negocio de la urbanización.
En 1920, 2 mil 500 residentes italianos en Lima poseían 16.5% de las casas de
la ciudad.
Entonces
se da que desde inicios del siglo pasado algunas propiedades fueron urbanizadas
y aparecía otra Lima. Luis Sanguinetti construyó casas en el Paseo Colón, y
Felipe Risso también levantó viviendas en Magdalena; entre tanto Roberto Risso
–propietario de la hacienda Lobatón– con su hermano Manuel urbanizaron el
actual Lince.
Y
mientras que en parte de lo que hoy es Miraflores Tomás Marsano –quien también
creció bajo la sombra de una pulpería– ofrecía terrenos en el “moderno barrio
aristocrático”, en Barrios Altos Isabel Gardella viuda de Carbone y su hijo
Juan edificaban viviendas populares en lo que fue la Finca Carbone.
En
el libro La huella de Italia en el Perú se relata que Juan Carbone, alcalde de
La Victoria en 1920 y 1922, construyó numerosas casas en ese distrito y bautizó
los barrios con nombre de italianos. José Olcese –también en las antípodas de
Marsano– construía casas “a favor de las clases desacomodadas”. Sin embargo,
hubo un hombre de quien se comentaba que era el que tenía más propiedades
urbanas en Lima: Nicolás Orezzoli.
Los nuevos dueños de Lima
Si
Orezzoli era uno de los que más casas tenía, había otro millonario –quizá el
que más dinero poseía en el Perú a inicios del siglo pasado– que se interesó
por tierras aún no urbanizadas. Era Eulogio Fernandini, quien tenía minas de
oro, plata, cobre y mercurio. Su fortuna era tan grande que se dio el lujo de
usar su dinero para ayudar bancos, industrias y hasta al mismo Estado. Y por
eso, como muchos italianos ya habían urbanizado sus propiedades, buscó terrenos
aún vírgenes para el cemento.
De
acuerdo con “Estudio de propiedades en el cono norte”, del historiador Santiago
Tacunan, en 1938 Fernandini compró las haciendas Mulería, Comas –gran parte del
actual distrito que hoy lleva ese nombre– y Pro –ubicada en el actual Los
Olivos–; mientras que Ernesto Nicolini adquirió haciendas en Carabayllo. La
hacienda Comas le duró poco más de tres décadas a Fernandini, pues ante la
invasión de la pampa que se ubicaba frente a su propiedad –faldas de cerro–
tuvo que lotizar su hacienda.
Sin
embargo, a mediados del siglo pasado los grupos propietarios de Lima estaban
bien consolidados. Lógicamente seguían los italianos. Uno de los lunares era
José Carlos de la Riva Agüero y Osma, quien poseía media manzana de la actual
cuadra cinco de los jirones Camaná y Jirón de la Unión, así como el fundo
Pando; caso excepcional a su muerte –1944–: dejó todo esto a la Universidad
Católica.
En
la tesis de Estuardo Núñez y Elizeo Guzmán “Los grupos de poder en el sector
vivienda”, a inicios de los setenta, se indica que de los 66 propietarios de
tierras de Lima, 23 eran de apellido italiano y detentaban en conjunto cerca de
10 mil hectáreas.
Entre
los apellidos que hasta hoy se ven en las páginas sociales y que décadas atrás
hicieron grandes negocios con sus tierras, están los Raffo, dueños de La Molina
Vieja y Limatambo; los Moreyra, en la hacienda San Isidro; y los Brescia, que
urbanizaron el actual San Borja.
No
se puede olvidar a los aristocráticos Wiesse, que tuvieron una gran extensión
en el hoy bravo Canto Grande, el mismo lugar donde en los setenta quisieron
levantar un exclusivo Country Club Canto Grande. De la que se salvaron. Hoy ya
habrían pasado a ser feudo de Dina Páucar, Tongo y Abencia Meza, que correría
de su zona a cualquier pituquito a punta de balazos.
Concentración de tierras urbanizables en
Lima
(Once primeras ubicaciones a inicios de
los setenta)
Propietarios Metros cuadrados % total
1]
Banco de Crédito 30’371,000 9.65
2]
Familia Aparicio Gómez 27’382,000 8.7
3]
Familia Wiese 24’000,000 7.62
4]
Familia Talleri Barúa 12’111,000 3.85
5]
Familia Santistevan 12’000,000 3.81
6]
Valle, Tomás 11’324,000 3.59
7]
Fernandini Clotet E. 10’480,000 3.33
8]
Isola, Hnos. 10’324,000 3.28
9]
Familia Nicolini 8’970,000 2.85
10]
Familia Prado 8’950,000 2.84
11]
Brescia, Fortunado 8’593,000 2.73
Cifras
·
1,000 por ciento
aumentaron de precio los terrenos urbanos en Lima desde 1900 a 1914, según
estudio de Tizón y Bueno.
·
40% de las
tierras agrícolas urbanizables de Lima, a inicios de los setenta, eran
controladas por familias de origen italiano.
·
40 urbanizadoras
existieron en Lima desde 1908 hasta 1925. Entre las primeras figuran La
Victoria, el Chirimoyo, la Colmena, Paseo Colón, Av. De la Unión.
Autor:
Por
Jorge Loayza.
http://larepublica.pe/16-01-2005/los-primeros-duenos-de-lima
Claves
Fuente
consultada: “Características del Proceso de Desarrollo Urbano de la Ciudad de
Lima, periodo 1885-1930”. Julio César Ísmodes, especialista en economía urbana.
Fuente:
Los grupos de poder en el sector vivienda, tomo I, Universidad Nacional de
Ingeniería, 1972. Tesis de Elizeo Guzmán y Estuardo Núñez.
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