¡ESCÁNDALO! ¡MÁS ADOLESCENTES EN PERÚ RESULTAN EMBARAZADAS CADA AÑO! Y AHORA… ¿QUIÉN PODRÁ AYUDARNOS? ¿CHAPULÍN COLORADO…ESTÁS ALLÍ…?
¡ESCÁNDALO! ¡MÁS ADOLESCENTES EN PERÚ RESULTAN EMBARAZADAS
CADA AÑO! Y AHORA… ¿QUIÉN PODRÁ AYUDARNOS? ¿CHAPULÍN COLORADO…ESTÁS ALLÍ…?
Esta noticia ha sido mencionada
por casi todos los medios de comunicación de nuestro país. Y es cierto. Existe
un mayor número de adolescentes que se encuentran gestando desde los 13 años de
edad. ¿Y cómo ha respondido el Estado y las ONG de control de la natalidad? Que
hay que ser mucho más activos y agresivos en los colegios con charlas y medio
audiovisuales, y en proporcionar y distribuir algunos métodos de control como
los preservativos…y hacer esto último, es inducir a los jóvenes a tener más relaciones
sexuales, como sucede con la frase del cómico nacional Pedro Pablo Villanueva “Melcochita”:
¡No lo vean!
¿Son estas las soluciones para frenar
las prematuras gestaciones? ¿Qué diferencia había entre esta generación y las
previas?
¡A que había un mayor control de
los hijos por parte de los padres!
Parece que la gran mayoría de
padres quisieran ser los “padres buenos” en contraposición a como ellos fueron
criados por los suyos.
Padres buenos hay muchos, buenos
padres hay pocos. No creo que exista una función más difícil que ser un buen
padre. En cambio no es difícil ser un padre bueno. Un corazón blando basta para
ser un padre bueno; en cambio la voluntad más fuerte y la cabeza más clara son
todavía poco para ser un buen padre.
El padre bueno quiere sin pensar;
el buen padre piensa para querer. El buen padre dice que sí cuando es sí, y no
cuando es no; el padre bueno sólo sabe decir que sí.
El padre bueno hace del niño un
pequeño tirano que termina convirtiéndose en un pequeño demonio. El buen padre modera
el carácter del hijo o hija llevándolo por el camino del deber y del trabajo. Y
así, el padre bueno llega a la vejez decepcionado y tardíamente arrepentido,
mientras el buen padre crece en años respetado, querido, y a la larga,
comprendido.
El buen padre, imagen ampliamente
difundida por la sociedad actual, es la de ser un simple 'proveedor': aquél que
satisface todas las necesidades materiales del hogar. Para "que no les
falte nada a los hijos e hijas y que no sufran las carencias que ellos tuvieron
en la niñez", trabaja jornadas dobles y aún los fines de semana. El padre
no logra satisfacer las necesidades presentes de sus hijos cuando ya éstos le
han creado otras con cosas superfluas. Así se desgasta febrilmente, sin darse
un respiro para disfrutar lo importante: la experiencia única de ver crecer a
los hijos e hijas.
Los padres que han logrado vencer
el “ideal actual” de ser meros proveedores, comparten el gozo en la crianza de
los hijos e hijas”.
A pesar de los reproches de
quienes pretenden perpetuar el tabú inmemorial de que cuando el padre se
involucra emocionalmente con el hijo o hija se torna 'suave como una segunda
madre', y que si participa en el cuidado y atención del hijo o hija se
convierte en simple 'pisado', cada día son más los padres presentes en el
quirófano en el momento del nacimiento de sus hijos e hijas y en el cuidado personal
del bebé. ¿Qué de raro tiene esto? Se necesitan de dos para engendrar un hijo,
pero también se necesitan dos para su desarrollo. La intuición femenina permite
a la madre establecer una comunicación vital con el hijo e hija desde el momento
mismo de su nacimiento. Interpreta las señales de temor en el infante y con
mimos lo tranquiliza y conduce suavemente. La voz del padre es de suma
importancia: da seguridad, confianza en el porvenir, establece los límites de
la conducta infantil, y cierra el círculo del amor que debe rodear al niño o
niña. El padre proporciona un elemento único y esencial en la crianza del hijo
y su influencia es poderosa en la salud emocional. La madre le dice: "¡con
cuidado mi amor!", y el padre le dice "¡vamos, uno más, uno más!",
al estimular al pequeño a subir otro peldaño para que llegue a la cima. Juntos,
tomados de la mano, padre y madre guían al retoño en el camino de la vida.
Por ello, los padres no deben
tratar de ser amigos de sus hijos, sino que tienen que asumir su
responsabilidad como tales: Deben amar, orientar, educar, corregir y castigar
cuando lo amerite, pero para esto último, deben ser un buen ejemplo para los
pequeños. Y por favor, dedíquenle su tiempo libre a sus hijos…ustedes ya
quemaron sus etapas de jolgorio, den lo mejor de su tiempo a estos pequeñines,
y cosecharán su amor para cuando ustedes estén en la tercera edad.
Si su hijo o hija adolescentes vienen
el día menos pensando con la noticia que han fecundado a una joven o su hija se
encuentra gestando…ya saben igualmente quiénes comparten la culpa por haber
fallado en su rol.
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