RESUMEN DE LA ILÍADA, DE HOMERO

RESUMEN DE LA ILÍADA, DE HOMERO

La guerra de Troya  tuvo su origen por el rapto de Helena, llevado a cabo por Paris, hijo del rey Príamo de Troya, o mejor dicho, en la fuga de los dos amantes, que burlaron la ciega confianza de Menelao rey de Esparta y esposo de la inconstante beldad.

El burlado marido hizo conocer su afrenta a todos los monarcas griegos y les pidió que le ayudasen a vengarse. Organiza entonces una expedición formidable contra los troyanos; cada rey griego aportó su contingente, y así se dio la jefatura suprema del ejército formado, al rey de Argos, en Micena, Agamenón, hermano del burlado Menelao.

Entre los príncipes griegos que tomaron parte en la guerra se distinguían el Tesalio Aquiles, invulnerable en todo el cuerpo a excepción de uno de los talones, héroe indomable a quien el centauro Quirón había mantenido en la niñez con medula de leones; Ulises, rey de la isla de Ítaca, tan valeroso como fértil en estratagemas y hábil en el consejo; Áyax, tan arrebatado como generoso, y Patroclo, amigo valiente y fidelísimo de Aquiles.

El poeta narra la cólera de Aquiles, hijo de Peleo, y que se ha retirado a sus tiendas irritado contra el caudillo en jefe Agamenón, que ha robado a una hermosa esclava, Briseida, de quien Aquiles estaba enamorado. El ofendido héroe se niega a seguir tomando participación en la guerra y presencia impasible las continuadas derrotas que los troyanos hacen sufrir a los griegos, diezmados, además por la peste. En vano se le envían comisiones para aplacar su resentimiento y únicamente se siente dispuesto a volver a la lucha cuando sabe, con profundo dolor, que su amigo Patroclo, a quien había cedido su armadura, ha sido muerto por Héctor, valerosísimo hijo de Príamo. Al mismo tiempo Agamenón devuelve la esclava robada, jurando por su lanza que la ha respetado escrupulosamente mientras la retuvo en su compañía. Desde el momento en que Aquiles vuelve a la pelea, cambia la suerte a favor de los griegos. Los troyanos se van derrotados en varias batallas; Aquiles dirige un reto personal a Héctor y después de un largo combate lo tiende muerto a sus pies, ata el cadáver a su carro y lo arrastra por tres veces al rededor del sepulcro de Patroclo. Entonces aparece bañado en lágrimas el venerable Príamo, que, a costa de grandes peligros, ha paso las líneas griegas y suplica encarecidamente a Aquiles le entregue el cadáver de Héctor. Se niega a ello el vencedor; pero el anciano se arrodilla a sus pies, baña en lágrimas sus manos, le hace ver que no hay dolor comparable al de un padre que tiene que besar las manos del matador de su hijo y al fin hablando más alto la generosidad que el rencor en el alma de Aquiles, hace levantar a Príamo, le devuelve el cadáver y le procura los medios de volver sano y salvo entre los suyos con su preciosa carga.

La guerra de Troya duro diez años, al cabo de los cuales la ciudad asiática cayó en poder de los griegos mediante un artificio de Ulises, que aconsejó a sus compañeros la edificación de un inmenso caballo de madera con la intención aparente de rendir un homenaje a los dioses, después de lo cual dispuso un embarco simulado, como si los griegos levantaran el sitio de Troya. Por la noche los griegos volvieron a desembarcar en un punto próximo y mientras que un grupo selecto de guerreros griegos se refugiaron en el interior del caballo de madera.


Los troyanos, llenos de júbilo ante la retirada de sus enemigos, se obstinaron en introducir el caballo de madera dentro de la plaza, no obstante las prevenciones de Laocoonte, y se entregaron a toda clase de festejos, cayendo la mayoría ebrios tras las celebraciones, entonces los griegos salieron de su escondite armados de todas las armas, sembraron la muerte en la muchedumbre de sus desprevenidos adversarios y se hicieron dueños de la ciudad. Una vez obtenido el triunfo, una flecha disparada traidoramente por Paris hiere en el talón a Aquiles, que cae muerto en el momento en que celebra sus desposorios.

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