¿CÓMO MURIÓ CÉSAR VALLEJO? ABSOLVIENDO PREGUNTAS DEL INBOX

¿CÓMO MURIÓ CÉSAR VALLEJO?
ABSOLVIENDO PREGUNTAS DEL INBOX

De hambre. Sé que circulan por el internet multitud de teorías de conspiración, que fue víctima de envenenamiento por rivales políticos o por envidia de otros vates, en tanto que otros mencionan que se intoxicó porque consumía una preparación para atenuar un hipo crónico que padecía desde hacía muchos años; pero la verdad, es que nuestro querido poeta santiagochuquino, murió de hambre, pues vivía en un estado de completa inopia, y lo poco que percibía, lo gastaba en conseguir pisco, bebida que era sumamente escasa en los bares de Francia, pero que él los conseguía pagando precios más allá del valor de las demás bebidas usuales. Dos eventos que casi siempre van de la mano, pobreza e intoxicación alcohólica, se conjugaron y cernieron sobre el poeta de obras inextricables.

No hay manera de dignificar la descripción de dicha muerte por inanición. No es ni rápida ni indolora. No mucho después de que se detiene el flujo de comida, el cuerpo recurre a las reservas de combustible en el hígado y los tejidos grasos. Una vez que la grasa se ha ido, y la persona es un esqueleto de lo que fue alguna vez, el cuerpo busca proteínas y las encuentra en el tejido muscular. Incluso el músculo del corazón se consume, dejando a la persona drenada y lánguida.

El cuerpo deja de funcionar. El pulso, la presión arterial y la temperatura corporal caen precipitadamente, el final se avizora inexorablemente.

“Me moriré en París con aguacero,
Un día del cual tengo ya el recuerdo.
Me moriré en París —y no me corro—
Tal vez un jueves, como es hoy, de otoño.

Jueves será, porque hoy, jueves, que proso
Estos versos, los húmeros me he puesto
A la mala y, jamás como hoy, me he vuelto,
Con todo mi camino, a verme solo.

César Vallejo ha muerto, le pegaban
Todos sin que él les haga nada;
Le daban duro con un palo y duro

También con una soga; son testigos
Los días jueves y los huesos húmeros,
La soledad, la lluvia, los caminos...”


(Vallejo, PIEDRA NEGRA SOBRE UNA PIEDRA BLANCA)

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