Y PERDONA A LOS QUE NOS OFENDEN…
Y PERDONA A LOS QUE NOS OFENDEN…
¡Dios mío,
perdona a todos los que nos ofenden!, pues no saben lo que hacen… ¡Jesucristo!
Tú distes la vida por todos nosotros los pecadores, y qué tan rápido se olvidó
la gente tu compasión y milagros…Mas tú lo profetizaste: “Si del árbol verde
hacen estas cosas…que no harán al árbol seco”.
Señor… cada
día nos insultan, vituperan nuestro buen nombre y acciones, lo que más duele es
que personas a las que se apoyó en su momento más crítico, ahora nos dan las
espaldas…nos abofetean con su indiferencia, indolencia e hipocresía, nos tratan
ahora como si fuéramos los ofensores y tuercen la verdad a su conveniencia…
pero bien lo mencionó el apóstol: “Que el mundo no era digno de nosotros”.
La gente
vive sin ti, están llenos de egoísmo, pero aún siguen mencionando tu nombre en
sus labios impíos, jurando por tu nombre
en vano para darle credibilidad a sus mentiras. Tú que predicaste el bien, que nos
enseñaste que al practicar tus enseñanzas uno regresaría al cielo, pero no como
un premio al que uno debe aspirar como un trofeo, sino como un estilo de vida
en beneficio de uno mismo y por ende, de los demás.
¡Señor! tú
que sanaste a los sordos y diste vista a los ciegos… ¡Ven y mira a la humanidad
que se pierde errada de tus consejos, cada quien dejó el camino y se apartó por
veredas, pocos te quieren a ti, y te llenan de tristezas…! Amadores de sí
mismo, ellos creen disfrutar de la vida, pero es el mundo quien se goza en
ellos… ¡Señor!, no te sientas solo, aún hay muchos que te aman, sin importarles
morir por honrar a tu palabra, son los nuevos cruzados de la actualidad que
propalarán tu palabra.
Gracias te
doy… ¡Oh Dios Mío!, por tu amor y tu abrigo. Y aunque el mundo no me quiera… Me
basta y me sobra tu cariño.
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