ALGUNAS PRECISIONES SOBRE DANIEL ALCIDES CARRIÓN, EL MÁRTIR DE LA MEDICINA PERUAN

ALGUNAS PRECISIONES SOBRE DANIEL ALCIDES CARRIÓN, EL MÁRTIR DE LA MEDICINA PERUANA

Carrión era un estudiante de medicina. 

Algunas publicaciones describen a Carrión como un joven médico peruano, pero Carrión no llegó a graduarse de médico. Estaba preparando su tesis de bachiller sobre verruga peruana, sin embargo, los resultados del experimento de Carrión y el manejo terapéutico realizado en él, lo llevaron a la muerte. Es importante resaltar que el principal símbolo de la medicina peruana, no es un médico, sino un estudiante de medicina.

Carrión no descubrió el agente de la verruga.

El agente de la verruga peruana fue descubierto en 1905, por el médico Alberto Barton, egresado de la Facultad de Medicina San Fernando, de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. El aporte científico de Carrión fue brindar la evidencia clínica-experimental de la relación entre la Fiebre de la Oroya y la verruga peruana, dos formas clínicas muy disímiles entre sí y que muchos consideraban enfermedades diferentes, incluso hasta mediados del siglo XX.

Carrión sólo investigó la verruga peruana. La Fiebre de la Oroya no fue un tema de investigación científica de Carrión, como se afirma erróneamente en libros y artículos científicos. Carrión recolectó nueve historias clínicas de pacientes con diagnóstico clínico de verruga peruana, no de Fiebre de la Oroya. En su experimento desarrolló una fiebre con anemia severa, que es conocida con el nombre de Fiebre de la Oroya. A él le costó aceptar, pero al final reconoció que estaba desarrollando la Fiebre de la Oroya. Este reconocimiento es su hallazgo científico, pero fue un hallazgo no planificado. Carrión diseñó su experimento para reproducir una verruga peruana, su intención no era reproducir la Fiebre de la Oroya.

Carrión no creó la hipótesis de que la Fiebre de la Oroya y la Verruga Peruana pertenecen a la misma enfermedad.

Esta hipótesis es llamada la teoría unicista de la bartonelosis por Bartonella bacilliformis, teoría que afirma que las dos formas clínicas, Fiebre de la Oroya y verruga peruana, son parte de una misma enfermedad. Esta hipótesis fue sostenida en la comunidad científica en Perú por el médico venezolano Ricardo Espinal, en 1871, basándose en el caso de un ingeniero norteamericano que desarrolló la Fiebre de la Oroya en Perú y al regreso a Estados Unidos de Norteamérica, la fase de verrugas. Sin embargo, mucho antes que él la teoría unicista era conocida por los campesinos peruanos en Canta. El conocimiento folklórico de la teoría unicista fue documentado por el sabio Cosme Bueno, profesor de Hipólito Unánue, en 1764. El propio Daniel Alcides Carrión reconoció durante las últimas horas de su experimento, que había escuchado la teoría unicista de sus profesores.

Carrión recibió inyecciones endovenosas de ácido fénico.

Un error común en los artículos históricos sobre Carrión, es confundir el ácido fénico con ácido férrico. Un simple error de una letra, rr por n, cambia toda la historia de Carrión, dado que el ácido fénico es un antiséptico letal por vía endovenosa y a Carrión se le administraron inyecciones de ácido fénico cada dos horas, pocas horas antes de su muerte, por lo que el evento precipitante de la muerte de Carrión fue, probablemente, una intoxicación por ácido fénico, adicionada a una probable sepsis por bartonelosis por B bacilliformis.

La demostración más contundente de la toxicidad de las inyecciones endovenosas de ácido fénico, ocurrió durante la Segunda Guerra Mundial. Los nazis, en los campos de exterminio de Auschwitz, usaban inyecciones de ácido fénico endovenosas para asesinar a los judíos.

Daniel Alcides Carrión decidió, probablemente, realizar su experimento impulsado por un nacionalismo científico al ver que en Chile se desarrollaba una investigación sobre la verruga, enfermedad ligada históricamente a Perú.


Fuente: David Salinas F. Hospital Alberto Sabogal. Departamento de Medicina, Cátedra de Medicina Humana. Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Hospital Arzobispo Loayza. Lima, Perú.

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