DANIEL ALCIDES CARRIÓN, MÁRTIR DE LA MEDICINA PERUANA. PERCY ZAPATA MENDO.

DANIEL ALCIDES CARRIÓN, MÁRTIR DE LA MEDICINA PERUANA

Daniel Alcides Carrión García (Nación en Cerro de Pasco, Perú, el 13 de agosto de 1857 – falleció en Lima 5 de octubre de 1885). Valiente mártir de la medicina peruana por su sacrificio al infectarse de la bacteria Bartonella bacilliformis y contraer la ahora conocida como enfermedad de Carrión o verruga peruana, a modo de estudiar su desarrollo y evolución en el infectado.

Hijo del médico y abogado ecuatoriano Baltasar Carrión y Torres y de Dolores García Navarro.

Daniel Alcides Carrión a la edad de los 14 años se trasladó a la ciudad de Lima e ingresó al Colegio Nuestra Señora de Guadalupe, donde cursó de 1874 al 1878, la enseñanza secundaria y media con calificaciones excelentes. Una vez alcanzado el título de bachiller, se matriculó en 1878, en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, para cursar los estudios médicos, los que realizaría con notable éxito.

Durante sus estudios médicos, sintió honda inquietud por conocer dos enfermedades características de algunos valles centrales peruanos: una de ellas, conocida con el nombre de "Fiebre de Oroya", caracterizada por fiebre y anemia progresiva que, pese al tratamiento que se efectuaba en esa época, tenía una letalidad cercana al 100%.

El otro proceso llamado "Verruga peruana", tenía igual distribución geográfica, pero de evolución benigna; con la súbita aparición de nódulos cutáneos y escasos síntomas generales. Hasta entonces se consideraba que ambos cuadros tenían diferente etiología.

Llevado por su espíritu de investigación, Carrión decidió inocularse suero extraído de verrugas de un paciente, con el fin de demostrar que la verruga peruana y la fiebre de Oroya eran distintas manifestaciones de la misma enfermedad. Así, el 27 de agosto de 1885 acudió a la Sala de las Mercedes del Hospital Dos de Mayo de Lima, y le solicitó al Doctor Evaristo Chávez que le hiciera la inoculación de sangre macerada de una tumoración verrugosa de la enferma Carmen Paredes.

A los veintiún días sintió los primeros síntomas de la Fiebre de la Oroya, que continuó con su evolución característica, ante la angustia de sus profesores y amigos. Carrión escribió personalmente su historia clínica hasta el 26 de septiembre, en que agobiado por la fiebre y por la anemia, entró en delirio quedando, a su solicitud, sus compañeros de seguir el trascendente documento clínico que en forma heroica había iniciado aquél.


Daniel Alcides Carrión, en estado de agonía, fue trasladado a la Maison de Santé, el 4 de octubre y falleció al día siguiente, era el 5 de octubre de 1885, habiendo transcurrido cuarenta días desde la inoculación. Antes de las mismas alcanzó expresar el deseo de que los estudios siguieran adelante, consciente de haber contribuido al mejor conocimiento de la dolencia que hoy lleva su nombre: "Aún no he muerto amigo mío; ahora les toca a ustedes terminar la obra comenzada, siguiendo el camino que les he trazado".

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