LOS IMPERIOS MÁS PODEROSOS DE LA HISTORIA. PERCY ZAPATA MENDO.
LOS IMPERIOS
MÁS PODEROSOS DE LA HISTORIA
1. Imperio
Español.
"En España nunca se pone el sol".
Esta frase pronunciada por el rey Felipe II plasma la
gran extensión y el gran poder que alcanzó el Imperio Español.
El Imperio Español comenzó a forjarse en la época en que
gobernaban Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón, los Reyes Católicos,
cuyo matrimonio en 1469 marcó el inicio del proceso de unificación de sus
respectivas coronas. Fue durante el reinado de los Reyes Católicos cuando el
nuevo país comenzó a levantar un imperio. Esta expansión en ultramar se debe a
varios motivos: por un lado, los monarcas deseaban afianzar su dominio sobre
los territorios del norte de África y de esta forma proteger el comercio de
Castilla en el mar Mediterráneo y en el océano Atlántico, además de utilizar
las zonas próximas como puertos para la exportación de oro y esclavos
africanos; por otra parte, apoyaban la exploración de lugares remotos con el
objetivo de extender el cristianismo e incrementar el potencial comercial de
las dos coronas en el Lejano Oriente, lo que proporcionaría grandes riquezas y
prestigio internacional.
Durante los siglos XVI y XVII España se convirtió en la
primera potencia mundial. Castilla, junto con Portugal, estaba en la vanguardia
de la exploración europea y de la apertura de rutas de comercio a través de los
océanos. Los conquistadores españoles descubrieron y dominaron vastos
territorios pertenecientes a diferentes culturas en América y otros territorios
de Asia, África y Oceanía. España colonizó esos territorios y construyó con
ello el mayor imperio económico del mundo.
Entre 1648 y 1659, las paces de Westfalia y los Pirineos
ratificaron el principio del ocaso de España como potencia hegemónica. Este
declive culminó, en lo que respecta al dominio sobre territorios europeos, con
la Paz de Utrecht firmada por Felipe V en 1713: España renunciaba a sus
territorios en Italia y en los Países Bajos, lo que conllevaba a la pérdida de
la hegemonía en Europa. Sin embargo, España mantuvo y amplió su extenso imperio
de ultramar, acosado por el expansionismo británico, francés y holandés, hasta
que sucesivas revoluciones la desposeyeron de sus territorios en el continente
americano a principios del siglo XIX.
No obstante, España conservó algunas fracciones de su
imperio en América, principalmente Cuba y Puerto Rico, como también Filipinas y
algunas islas en Oceanía como Guam, Palaos, las Islas Carolinas y las Marianas.
La Guerra Hispano-Estadounidense de 1898 supuso la pérdida de casi todos estos
últimos territorios. El impacto moral de esta derrota fue duro y se buscó
compensarlo creando, con poco éxito, un segundo imperio colonial en África,
centrado en Marruecos, el Sáhara Occidental y Guinea Ecuatorial, que perduró
hasta la descolonización de las décadas de 1960 y 1970.
El Imperio Español fue el primer imperio global ya que,
por primera vez, un imperio abarcaba posesiones en todos los continentes.
2. Imperio
Romano.
El Imperio Romano comenzó en el año 27 a.C. al
otorgársele a Octavio el título de Augusto. El Senado le concedió el carácter
de “Imperator”, “Padre de la Patria” y “Princeps Senatus”. Fue considerado hijo
del César divinizado y se le otorgó poder consular a perpetuidad. Bajo el
mantenimiento de las formas republicanas, se va avanzando paulatinamente a un
sistema de poder monárquico y militarista. A este período se le conoce con el
nombre de Alto Imperio.
Luego vinieron cuatro dinastías de emperadores: la de los
Julio-Claudios, la de los Flavios, la de los Antoninos y la de los Severos.
Todos gobernaron con un poder casi absoluto basado fundamentalmente en el
ejército. Las fronteras del imperio se siguieron expandiendo, anexionándose
Mauritania en el año 37, Inglaterra en el año 84 y Dacia en el año 105.
Durante el gobierno de Augusto se puso fin a las guerras
civiles y comenzó a vivirse una época de orden, seguridad y prosperidad, con
gran florecimiento artístico y cultural, conociéndose esta etapa como la “Pax
Romana”. La máxima extensión del imperio fue alcanzada con Trajano, quien
venció a los partos y conquistó en el año 117 Armenia y Mesopotamia.
Las distintas provincias incorporadas a la dominación
romana se dividieron en senatoriales e imperiales. Las primeras estaban bajo la
administración del Senado. Las segundas estaban bajo el control del Emperador.
Allí se encontraban las legiones. Al estar dividida la potestad provincial
entre el Emperador y el Senado, se ha habla de una diarquía.
La ciudad más importante del imperio era Roma, su
capital. En ella se manifestaba una gran opulencia, donde los miembros del
orden senatorial y los ricos caballeros habitaban en los “domus”, residencias
muy lujosas, aunque la mayoría de la población vivía muy modestamente, en los
“insulae”, casas de inquilinato de hasta cuatro pisos, inseguras e incómodas.
Con la muerte de Alejandro en el año 235 terminó la
dinastía de los Severos y el imperio se sumergió en la anarquía. El gobierno
estuvo a cargo de jefes militares que gobernaban poco tiempo, sucediéndose gran
cantidad de gobernantes que enseguida eran derrocados por otro jefe militar más
poderoso.
El Bajo Imperio, llamado así porque al frente del poder
se hallaba un ”Dominus”, un rey con características de divinidad, comienza con
Diocleciano, que gobernó entre los años 284 y 305, estableciendo el sistema de
la tetrarquía y pacificando el territorio. El imperio fue dividido en una zona
occidental, bajo su gobierno, y en otra oriental, a cargo de Maximino,
eligiendo un César cada uno.
Luego de veinte años de gobierno, los Augustos fueron
reemplazados por los Césares. Aumentaron la burocracia y la centralizaron,
acrecentaron el número de provincias y persiguieron a los cristianos
ferozmente, disponiéndose por edicto la obligación del culto imperial. Templos
y libros fueron destruidos y los cristianos padecieron la cárcel y torturas.
En el año 395 Teodosio I divide el Imperio entre sus dos
hijos: Honorio, a quien le correspondió el Imperio de Occidente con capital en
Roma, y Arcadio, a quien le correspondió el Imperio de Oriente o Bizantino con
capital en Constantinopla.
La decadencia del imperio apareció debido al aumento de
los gastos originados en un estado burocrático y militarizado y a la presión de
los pueblos bárbaros por traspasar las fronteras imperiales. En el año 476, el
Imperio de Occidente cayó en poder de estos pueblos. El de Oriente, más sólido
económicamente, subsistió hasta 1453, año en el que Constantinopla cayó en
poder de los turcos otomanos.
3. Imperio
Británico.
El Imperio Británico comprendió los dominios, colonias,
protectorados y otros territorios gobernados o administrados por el Reino Unido
entre los siglos XVI y XX. Durante las primeras décadas del siglo XX, el
Imperio Británico abarcaba una población de cerca de 458 millones de personas y
unos 33.000.000 km², lo que significaba una cuarta parte de la población
mundial y una quinta parte de las tierras emergidas.
Su máximo esplendor se desarrolló durante el llamado
Siglo Imperial (1815-1914), a través de una serie de fases de expansión
relacionadas con el comercio, la colonización y la conquista, además de
períodos de actividad diplomática. El imperio facilitó la extensión de la
tecnología, el comercio, el idioma y el gobierno británicos por todo el mundo.
La hegemonía imperial contribuyó al espectacular crecimiento económico de Gran
Bretaña y al peso de sus intereses en el escenario mundial.
El Imperio Británico ha sido el imperio más grande de la
historia de la humanidad, pues estaba presente en todos los continentes:
-En Asia dominó los territorios de India, Pakistán,
Sri-Lanka, Birmania, Malasia, Borneo y Hong Kong.
-En África controló Egipto,Sudán, Zambia, Zimbabwue,
Nigeria, Sierra Leona, Somalia, Uganda, Botsuana, Sudáfrica, Gambia y algunas
colonias en el este del continente.
-En Oceanía poseía las colonias de Nueva Zelanda y
Australia.
-En América controlaba Canadá, Jamaica, Guayana, las
Islas Malvinas, Belice y múltiples pequeñas islas.
-En el Mediterráneo controlaba plazas estratégicas como
Malta, Chipre o Gibraltar.
El coste económico de la I y II Guerras Mundiales y la
transición de las colonias hacia la Commonwealth dieron lugar al fin del
Imperio Británico.
4. III Reich
Alemán (Alemania Nazi).
El III Reich hace referencia a la Alemania del período
comprendido entre 1933 y 1945, cuando Adolf Hitler gobernó este país bajo los
fundamentos del nazismo. Este período se caracterizó por un fuerte carácter
imperialista y expansionista.
La derrota sufrida por Alemania durante la Primera Guerra
Mundial le supuso durísimas condiciones que se concretaron en el Tratado de
Versalles, por el cual Alemania debía devolver territorios y pagar fuertes
sumas de dinero en concepto de indemnización.
Al término de la guerra se fundó el Partido Obrero
Alemán, que en 1920 tomaría el nombre de Partido Nacionalsocialista Obrero
Alemán, cuyo líder era Adolf Hitler. El modelo de estado nazi se basaba en una
dictadura representada por el "Führer", que gobernaría un pueblo de
iguales en raza y pensamientos, liberando a Alemania del yugo impuesto por los
vencedores del Tratado de Versalles.
Con la crisis de 1929 en Alemania aumentó gravemente el
desempleo y la inflación. Los miembros del Partido Nazi captaron cada vez más
afiliados, obteniendo en las elecciones de 1932 el 37,4 % de los votos. Hitler
no solo contó con apoyo local, sino también con el de los estados occidentales,
como Inglaterra y Francia, que lo veían como un arma eficaz en la lucha contra
el comunismo que amenazaba extenderse desde Rusia. En 1933 Hitler se convirtió
en Canciller. Disolvió el Parlamento, prohibió la libertad de prensa y los
sindicatos y estableció el sistema de partido único: el Nazi. Para terminar con
la oposición creó las SS y la GESTAPO, cuerpos de policía destinados a destruir
toda ideología contraria al nazismo.
A la muerte del presidente Hindenburg, Hitler se
convirtió en "Führer". Reunió bajo su persona a todos los poderes,
dando comienzo a un tipo de estado conocido como el III Reich, con una fuerte
intervención del gobierno. Bajo su gobierno, Alemania se fortaleció
económicamente, dando impulso a las obras públicas, lo que motivó el apoyo
masivo de la población, incentivado por una fuerte propaganda política a través
de la radio y el cine. Hitler llegó al poder con el voto popular, pero luego
suprimió sistemáticamente la democracia.
Otra característica del III Reich fue el imperialismo. Su
profundo afán expansionista se plasmó con la incorporación de Austria en 1938,
Checoslovaquia en 1939 y la invasión de Polonia ese mismo año, dando origen a
la II Guerra Mundial. El régimen nazi cayó en 1945 con el fin de la guerra.
5. Imperio Inca.
Los incas fueron un pueblo conquistador que logró ocupar
una gran extensión territorial: desde las sierras del sur de la actual Colombia
hasta el norte de Chile y de Argentina, y desde la costa del océano Pacífico
hasta el este del valle del río Amazonas, constituyendo así un poderoso
imperio, aproximadamente en el año 1430, al que llamaron Tahuantisuyo, cuyo
significado es “las cuatro partes del mundo”, pues estaba dividido en cuatro
regiones. La capital del imperio era Cuzco, situada a 3.400 metros sobre el
nivel del mar. Su economía era fundamentalmente agrícola e inventaron una
curiosa técnica de cultivo, llamada terraza, que consistía en construir sobre
las laderas de las montañas unas terrazas en las que cultivaban.
De los pueblos conquistados obtenían ingresos importantes
a través de tributos y adoptaron sus características culturales. Entre los
pueblos conquistados estaba la cultura chapín, ubicada en el norte de Perú, que
había adquirido amplios conocimientos de agricultura, astrología e ingeniería;
los mochicas y los chimú, asentados en la costa norte de Perú, se dedicaban a
la agricultura y a la ganadería: en la costa sur estaban los nazca, dedicados
fundamentalmente a la cerámica y a la agricultura de riego por canales; en
Bolivia conquistaron a los tiahuanaco y a los huari, sociedades militarizadas y
con gran desarrollo agrícola, arquitectónico y artístico.
La máxima autoridad imperial era el Inca, considerado
hijo del sol, que tenía poderes absolutos, en un sistema de gobierno que era
una monarquía teocrática. El primer Inca fue Manco Capac y el último, de un
total de trece, fue Atahualpa, cuyo poder fue arrasado por la conquista
española sobre el año 1533. La conquista española terminó con su desarrollo
cultural e impuso la forma de vida y la religión de los conquistadores.
6. Imperio
Soviético (URSS).
La Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) fue
una confederación constitucional de estados socialistas basada en la ideología
comunista que existió en Eurasia desde 1922 hasta 1991.
La URSS nació como una unión de cuatro repúblicas
socialistas soviéticas, formadas dentro del territorio del extinto Imperio
Ruso, pero luego creció a quince: Armenia, Azerbaiyán, Bielorrusia, Estonia,
Georgia, Kazajstán, Kirguistán, Letonia, Lituania, Moldavia, Rusia, Tayikistán,
Turkmenistán, Ucrania y Uzbekistán.
Desde 1945 hasta 1991, en el período conocido como Guerra
Fría, la Unión Soviética era una de las dos superpotencias mundiales que dominó
la agenda global de la política económica, los asuntos exteriores, las
operaciones militares, el intercambio cultural, los progresos científicos, etc.
La Unión Soviética llegó a ser el modelo de referencia para futuros estados
socialistas durante la Guerra Fría. El gobierno y la organización política del
país fueron definidos por un régimen de partido único, el Partido Comunista de
la Unión Soviética (PCUS).
El principio del fin de la URSS llegó en la década de los
ochenta. Esta se caracterizó por el desmoronamiento de las estructuras
económicas y políticas del Estado. Con la llegada de Gorbachov al poder en 1985
se produjeron cambios significativos en la economía. Además se permitió el
acceso público a la información después de décadas de fuerte censura, hecho que
provocó una gran repercusión mundial y que dejó entrever el futuro que le
esperaba a la Unión Soviética.
A finales de los años ochenta, las repúblicas que componían
la Unión Soviética incorporaron legalmente movimientos hacia la declaración de
soberanía sobre sus territorios. Finalmente, el 8 de diciembre de 1991 los
presidentes de Rusia, Ucrania y Bielorrusia firmaron el Tratado de Belovesh en
el que se declaraba oficialmente la disolución de la Unión Soviética.
7. Imperio Persa.
Los persas eran un pueblo de lengua indoeuropea que se
originó como un grupo de tribus nómadas cuya localización original radicaba al
norte de la meseta de Irán. Alrededor del año 1400 a.C., algunas de estas
tribus se trasladaron hacia el sur de Irán y establecieron su capital en Susa,
junto a los medos, pueblo que los dominó. Esta situación perduró hasta mediados
del siglo VI a.C., cuando el rey Ciro II el Grande venció a los medos y los
sometió a su autoridad. Sentó las bases de un nuevo imperio al conquistar
Lidia, las colonias griegas de Asia Menor y Mesopotamia.
El gobierno estaba a cargo de una monarquía absoluta. El
territorio fue dividido en 20 satrapías, siendo las más importantes las de
Lidia, Media, Asiria, Babilonia, Egipto e India, lo cual demuestra la gran
extensión que alcanzó este imperio. La capital religiosa era Persépolis y las
tres capitales administrativas eran Susa, Ecbatana y Pasargada. En todas ellas
se erigieron importantes palacios para honrar al soberano.
Contaban con un poderoso ejército, en el que destacaba la
guardia real formada por diez mil hombres, conocidos como los “Inmortales”, que
realizaban la defensa del territorio y la conquista de otros nuevos, pero con
una actitud respetuosa hacia los pueblos dominados, a quienes reconocieron su
identidad cultural. Los persas sintieron asombro por los fenómenos de la
naturaleza y los adoraron como dioses, aunque luego crearon una nueva religión,
el mazdeísmo.
Este imperio se debilitó tras perder las Guerras Médicas
contra los griegos y posteriormente fue reducido y conquistado por Alejandro
Magno, pasando, finalmente, a manos del Imperio Romano.
8. Imperio
Griego.
Al principio de los anales de Grecia se colocan los
tiempos heroicos, la guerra de Troya y demás, pero hay después un período de
transición en el que poco a poco se constituyeron poblaciones griegas en
ciudades militares y comerciales. Con las guerras de Mesenia, Esparta consiguió
establecer su hegemonía sobre todo el Peloponeso, mientras que las ciudades
marítimas buscaban expansión por las costas del Mediterráneo y fundaban
florecientes colonias, no solo en Asia Menor, sino en África, España e Italia.
Atenas, entre tanto, se distinguía por sus sabias leyes, por su poder marítimo
y comercial y por su cultura literaria.
A finales del siglo XI a.C., Atenas y Esparta, los dos
principales Estados de Grecia, se consideraban rivales. Las Guerras Médicas las
unieron contra los persas. Los griegos lograron salvar la independencia
helénica y la civilización de Europa. Sus victorias habían contribuido al
engrandecimiento de Atenas y esta se había convertido en el centro de un
imperio colonial extendido por todo el mar Egeo y la Propóntide, y luego con
Pericles alcanzó su siglo de oro llegando a ser el centro de toda la
civilización helénica.
Debilitados los griegos por las luchas internas, el
vecino reino de Macedonia fue adquiriendo importancia y al final Filipo II
acabó por imponer en Grecia la unidad macedónica. Llegó el fin del Imperio
Griego en el año 338 a.C.
9. Imperio
Egipcio.
El Imperio Egipcio abarca desde el año 3100 a.C. hasta el
31 a.C. y está dividido en tres períodos: el Imperio Antiguo, el Imperio Medio
y el Imperio Nuevo.
El Imperio Antiguo comienza con la unificación del Alto y
Bajo Egipto por Namer hacia el año 3100 a.C y dura aproximadamente 500 años.
Namer y sus sucesores fundaron una sociedad dividida en estratos sociales y en
la que al faraón se le atribuía una ascendencia divina. Su capital se situó en
Menfis. Esta es la era de las pirámides, durante la cual los faraones tuvieron
un enorme poder. Al final del Imperio Antiguo el poder en Egipto se fue
descentralizando y se formaron varios “principados”, pasando a tener Egipto dos
capitales, Tebas y Heracleopolis. Esta situación se mantuvo hasta que los
tebanos derrotaron a los faraones de Heracleopolis y Tebas pasó a ser la única
capital.
El Imperio Medio se inicia con el reinado de Mentuhotep
II. Esto significó la vuelta a la normalidad y a la prosperidad para Egipto. Se
avanzó en todos los campos: en el arte, en la construcción de templos y tumbas,
en la conquista de territorios, en la realización de expediciones a Asia, en la
mejora de la zona agrícola, etc. Es una época imperialista.
Los faraones adoptaron un poder centralizado con una gran
burocracia formada por los hicsos, nómadas provenientes de las estepas
asiáticas y que se establecerían en el Delta del Nilo. Su integración fue tan
grande que en el año1650 a.C. aprovecharon la inestabilidad política para subir
al poder, con lo que acabaría el Imperio Medio. En Tebas se mantuvieron
reductos de resistencia contra los hicsos. Ahmosis, Príncipe de Tebas, los
expulsó del poder en Egipto, con lo que empezó el Imperio Nuevo.
Bajo el Imperio Nuevo se restablecieron los límites, los
objetivos y la burocracia del Imperio Medio, y se reactivó su programa de
aprovechamiento de la tierra. Con el reinado de Tutmosis I Egipto alcanzó su
máxima expansión: hacia el norte llegó hasta el Éufrates y hacia el sur hasta
la cuarta catarata del Nilo.
En el año 332 a.C. se inicia la conquista de Egipto por
parte de Alejandro Magno. En el 305 llega al poder la dinástica ptolemaica. En
el 31 se produce la incorporación de Egipto al Imperio Romano tras la batalla
de Actium. Un año después muere Cleopatra y Egipto se convierte en una
provincia del Imperio Romano.
10. Imperio
Portugués.
El Imperio Portugués fue un imperio que destacó en los
siglos XV, XVI y XVII. Todo comenzó viajando a tierras desconocidas por los
europeos y dando lugar a la "Era de los descubrimientos". Los
portugueses llegaron primero a la India y al sur africano y, posteriormente, se
expandieron llegando a América, el sur de Asia y todas las costas de África.
Este imperio, sobre todo durante sus comienzos, se estructuraba en:
-Las ciudades propiamente portuguesas.
-Las factorías en ciudades no portuguesas realizadas
exclusivamente para el comercio.
-Las bases o zonas de intercambio directo (ciudades no
portuguesas y sin edificios cuyo mercado lo realizaban desde las propias cargas
del barco).
El Imperio Portugués pasó a pertenecer a la Monarquía
Hispánica durante el reinado de Felipe II y se separó en el reinado de Felipe
IV (1580-1640).
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