EL INFORME KINSEY Y LA ESTADÍSTICA DEL “10% DE LA POBLACIÓN HOMOSEXUAL”. PERCY ZAPATA MENDO.

EL INFORME KINSEY Y LA ESTADÍSTICA DEL “10% DE LA POBLACIÓN HOMOSEXUAL”

"Reescribiremos la historia, historia llena de
vuestras mentiras y distorsiones heterosexuales."
Manifiesto Gay de 1987. Michael Swift

Durante años se ha "estimado" que el 10% o más de la población son homosexuales. Este porcentaje se basa en los falaces estudios del Dr. Alfred C. Kinsey. Kinsey, profesor de biología y experto en la clasificación de insectos de la Universidad de Indiana, se dedicó por su propia cuenta a "investigar" la sexualidad humana llegando a dolosos resultados como el de la tasa del 10% mencionada. Esta tasa se ha mencionado rutinariamente en trabajos académicos, materiales sobre educación sexual, informes gubernamentales y medios noticiosos. También ha sido citada extensamente como "evidencia" de la influencia política de los homosexuales, así como por activistas que cabildean a favor de programas en pro del homosexualismo, como por ejemplo la extensión de beneficios a las familias de empleados homosexuales en las grandes corporaciones.

En el Perú, el martes 01 de abril del 2014, el colectivo "¡Unión Civil Ya!", liderado por dirigentes del Movimiento Homosexual de Lima (MHOL) así como de otras organizaciones de la sociedad civil, se dirigieron hoy al Congreso de la República para presentar un padrón de 10 mil firmas que respaldan el proyecto presentado por el congresista Carlos Bruce el 12 de septiembre del 2013: "Proyecto de Ley que establece la Unión Civil No Matrimonial para Personas del Mismo Sexo", y que según el mencionado colectivo, favorecería a más de dos millones de peruanos homosexuales. Como se puede apreciar, el movimiento referido hace alusión que representan a más de dos millones de peruanos, dado que la población total del Perú se estima en unos veintinueve millones de habitantes, es obvia que han hecho un cálculo basándose en el consabido informe Kinsey (La encuesta de “Datum”, realizada a nivel nacional con una muestra de 1200 peruanos, con un nivel de confianza de 95 por ciento, reveló que si bien en Lima el rechazo era ligeramente menor -60 por ciento- al interior del país este crecía hasta llegar a un 84 por ciento de ciudadanos que se oponen al proyecto de ley de uniones homosexuales).

Pero desde hace tiempo han existido muchas evidencias de que el índice del 10% es un porcentaje demasiado alto. Las encuestas hechas con grandes cantidades de personas en EE.UU., Canadá, Gran Bretaña, Francia, Noruega, Dinamarca y otras naciones, muestran un cuadro de experiencias homosexuales de un 6% o menos, y de una incidencia exclusivamente homosexual de un 1% o menos.

El ejemplo más completo es el de una encuesta llevada a cabo por el Buró del Censo de los EE.UU. desde 1988, para el Centro Nacional de Estadísticas sobre Salud del Centro para el Control de las Enfermedades. La encuesta, que interroga unos 10,000 sujetos trimestralmente, sobre "Conocimientos y Actitudes Acerca del SIDA", pregunta confidencialmente si alguna de varias de estas afirmaciones son ciertas, incluyendo esta: "Usted es un hombre que ha tenido relaciones sexuales con otro hombre al menos una vez desde 1977". No más de un 3% de los 50.000 hombres que participaron en la encuesta respondieron "sí" a por lo menos una de las afirmaciones. Puesto que algunas de las otras respuestas afirmativas correspondían a las otras cuestiones (transfusiones de sangre, uso de drogas intravenosas, etc.), los datos definitivamente sugieren que la prevalencia de un comportamiento homosexual esporádico es menos de un 3% entre los hombres.

La mayoría de los estudios reportan que las mujeres constituyen la mitad de esta prevalencia, de modo que el estimado de homosexualidad en la población femenina en general sería menor del 1,5%.

Una encuesta nacional mostró que 2,4% de los votantes en las elecciones presidenciales del 1992 se describieron como homosexuales.

Muchas otras encuestas revelan porcentajes similares. Los investigadores Paul y Kirk Cameron (padre e hijo) han recopilado un nuevo reporte, "The Prevalence of Homosexuality" ("La incidencia del homosexualismo"), que resume más de 30 encuestas hechas en cantidades grandes, de personas que no tenían prejuicios. He aquí algunas de ellas:

·        Francia: Una encuesta del gobierno de 1991-92 de 20.055 adultos reportó que el 1.4% de los hombres y el 0,4% de las mujeres habían tenido relaciones homosexuales durante los 5 años que precedieron a este sondeo. Las proporciones de conducta exclusivamente homosexual a través de toda una vida fueron del 0,7% para los hombres y el 0,6% para las mujeres; y de experiencias homosexuales durante toda la vida fueron del 4,1% para los hombres y el 2,6% para las mujeres.

·        Gran Bretaña: Una encuesta nacional de 1990-91 de 18.876 personas entre las edades de 10 a 59 años, arrojó que el 1,4% de los hombres habían tenido relaciones homosexuales durante los 5 años que precedieron a la encuesta. Solamente el 6,1% de los hombres había tenido experiencias homosexuales a través de toda su vida.

·        Estados Unidos: Una encuesta nacional llevada a cabo por el National Opinion Research Center de 1.537 adultos, en la Universidad de Chicago, arrojó que de los adultos mayores de 18 años sexualmente activos, el 1,2% de los hombres y el 1,2% de las mujeres reportaron haber tenido relaciones homosexuales durante el año anterior a la encuesta; del 4,9% al 5,6% de las personas de ambos sexos reportaron que desde los 18 años habían tenido compañeros de ambos sexos, y del 0,6% al 0,7% compañeros exclusivamente homosexuales.

Otra encuesta que comprende 36.741 estudiantes de escuelas públicas desde séptimo a duodécimo grado del Minnesota Adolescent Health Survey (1986-87), mostró que un 0,6% de los varones y un 0,2% de las chicas se identificaron como "mayormente o el 100% homosexuales"; el 0,7% de los varones y el 0,8% de las chicas se identificaron como "bisexuales"; y el 10,1% de los varones y el 11,3% de las chicas "no estaban seguros".

·        Canadá: En un grupo de 5.514 estudiantes universitarios de primer año menores de 25 años de edad escogidos a través de la nación se halló que el 98% era heterosexual, el 1% bisexual, y otro 1% era homosexual.

·        Dinamarca: En 1989 una encuesta de 3.178 adultos de las edades de 18 a 59 años hecha al azar, arrojó relaciones homosexuales en un 2,7% de los varones. Menos de un 1% de los hombres eran exclusivamente homosexuales.

Muchos otros estudios también varían grandemente del que llevó a cabo el Kinsey, que en retrospectiva, tiene poca validez. El nuevo reporte muy diseminado "Janus Report", arrojó el dato de que el 9% de los hombres y el 5% de las mujeres pueden ser considerados homosexuales y se basó en un grupo específico de personas previamente seleccionadas, este es uno de los problemas. Los fallos en la metodología también contribuyeron a estos resultados tan fuera de proporción.

Entre las mayores fallas en el reporte de Kinsey se encuentran las siguientes:

1.     Alrededor de un 25% de los sujetos que Kinsey interrogó (5.300 hombres) eran o habían sido prisioneros; un alto porcentaje de ellos estaban acusados de abusos sexuales (él tenía las historias de unos 1.400 de ellos). Muchos de los que respondieron fueron reclutados de instituciones sobre sexualidad, a los que habían asistido para obtener respuestas a sus problemas sexuales; otros fueron reclutados por criminales o por líderes de grupos homosexuales. Por lo menos 200 hombres que practicaban la prostitución figuraban entre las personas entrevistadas, lo cual puede haber aumentado hasta en un 4% los resultados. Otros grupos no estaban adecuadamente representados, tales como las personas que iban a la iglesia; otros estaban ausentes por completo. Kinsey presentó esto como una "encuesta de la población, cuidadosamente planeada". Su falsa imagen de lo que la población estaba haciendo sexualmente, fue lo que inició la revolución sexual.

2.     Ni siquiera el mismo Kinsey dijo jamás que el 10% de la población era homosexual, sólo que “el 10% de los hombres mayores de 16 años eran más o menos exclusivamente homosexuales por períodos de hasta tres años”. (Al definir como adulto a un muchacho de 16 años o más, Kinsey representó como comportamiento adulto los juegos homosexuales entre adolescentes heterosexuales que pueden haber ocurrido solo una vez.) En el caso de las mujeres, la cifra fue de casi la mitad de la prevalencia masculina. La cifra que dio Kinsey de personas exclusivamente homosexuales durante toda la vida, fue de un 4%, y de cualquier otra experiencia homosexual, el 37%.

3.     Las estadísticas de Kinsey nunca se pueden considerar como algo definitivo porque los voluntarios estaban prejuiciados. Muchas personas no quieren discutir su sexualidad con una persona extraña que está tomando notas o con personas anónimas que les hacen preguntas por teléfono. Se estima que con respecto a las encuestas que se hacen sobre el tema de la sexualidad, existe un rechazo por parte de personas que se niegan a participar de más de un 50%. Aunque los homosexuales mantienen que el estigma social les impide estar completamente representados en las encuestas, los investigadores han encontrado que los que están "sexualmente liberados" están más ansiosos de discutir el tema de su sexualidad que la mayoría de las otras personas, y ello su puede apreciar en los medios de comunicación masiva: son los gay abiertamente declarados los que constantemente hacen apariciones públicas para manifestar su condición sexual.

Aunque Kinsey ha sido criticado anteriormente por otros científicos, incluyendo el psicólogo Abraham Maslow (cuyos consejos él ignoró), el mito del 10% fue revelado a mitad de la década de los 80, cuando los estadistas comenzaron a seguirle la pista a los casos de SIDA. Adaptando el estimado del 10% y los casos de infección con HIV entre los hombres homosexuales, el Departamento de Salud de la ciudad de Nueva York sobreestimó el número de casos de la población homosexual infectada de HIV en 250.000 (indicando así indirectamente que el número total de hombres homosexuales/bisexuales era entre 400.000 y 500.000).

En 1988 estos números fueron revisados y se llegó a las cifras de 50.000 y 100.000 respectivamente – para una población estimada en ese entonces de 250 millones de habitantes -. Los Centros para el Control de las Enfermedades también dejaron de usar las cifras de Kinsey para las proyecciones nacionales.

La cifra del 10% no quedó grabada en piedra accidentalmente. En su libro publicado en 1989 titulado “After the Ball”, que es un programa de acción en favor de los homosexuales, Marshall Kirk y Hunter Madsen, se jactan de que "cuando a los heterosexuales se les pide un estimado formal, la cifra que con más frecuencia se usa es la del 10% de homosexuales", estadísticas que nuestros propagandistas han estado inculcándole al público durante años.

Sólo el 1% de los hombres admiten ser homosexuales

La afirmación de que el 10% de los hombres son "gay" (homosexuales) que proviene de los estudios de Alfred Kinsey y ha sido diseminada por activistas homosexuales, se está desvaneciendo debido al peso de nuevos estudios.

En los últimos estudios que se han llevado a cabo, sólo el 2,3% de los hombres en EE.UU. entre las edades de 20 a 39 dicen que han tenido una experiencia homosexual en la última década. Sólo el 1,1% de ellos dicen que han sido exclusivamente homosexuales. La encuesta aparece publicada en el Alan Guttmacher Institute Journal. "En términos de lo que se cree generalmente, tenemos que admitir que es sorprendente", dice el investigador John O.G. Billy, del Battelle Human Affairs Research Center en Seattle, EE.UU.

Los datos son similares a los de otros estudios:

·        Para el caso de España, lo pertinente es acudir a la única fuente oficial disponible, el INE y su encuesta sobre comportamiento sexual de la población española que fue parcialmente hecha pública el 27 de julio de 2004 por parte de la ministra de sanidad. Esta encuesta, basada en 10.838 entrevistas practicadas el último trimestre del 2003, señala que sólo el 1% de la población mantiene relaciones exclusivamente homosexuales. La población que reconoce haber mantenido en alguna ocasión este tipo de relaciones a lo largo de su vida es del 3%, un 3,7% en los hombres y un 2,7 % en las mujeres.

Esto significa que la población homosexual de 18 y más años sería de 335.060, mientras que la población que ha mantenido relaciones en alguna ocasión, pero que no se define como homosexual, sería de 601.008 hombres y 466.087 mujeres. Como puede constatarse estas cifras están absolutamente alejadas de los 4 millones que declaró el gobierno. Por otra parte, los rangos establecidos por el INE en su encuesta son coherentes con los de los estudios internacionales realizados hasta la fecha, que sitúan a la homosexualidad en torno al 1% y la experiencia homosexual en alguna ocasión en el 3-4%.

Mitos acerca de la homosexualidad en la historia del mundo

1. La homosexualidad siempre ha sido aceptada en todos los periodos de la historia del mundo.

Eso es una ficción. La práctica de la homosexualidad ha ocurrido en varias épocas de la historia del mundo y ha sido condenada como un tabú social y moral en todos los casos, excepto en unos pocos. Los antropólogos declaran que solamente durante un período del Japón antiguo y en unos pocos casos de grupos especiales de tribus primitivas, es que la práctica de la homosexualidad ha sido aprobada. Esta es la verdad: El 2% de los individuos en promedio de una sociedad que practican la homosexualidad observan una conducta que -hasta últimamente- raras veces ha sido permitida, y mucho menos promovida como un estilo de vida deseable.

2. Los antiguos griegos practicaban la homosexualidad libremente, al igual que sus grandes filósofos.

Eso es incorrecto. Durante la Edad de Oro de Atenas, la práctica de la homosexualidad fue declarada contra la ley y se la castigaba severamente. A pesar de lo que eruditos con prejuicios políticos puedan decir, los escritos de Sócrates y Platón demuestran claramente que no sólo no eran homosexuales, ¡sino que se oponían vehementemente a la conducta homosexual! Platón mismo fue víctima de sodomía por parte de un regente homosexual, una experiencia que él condenó como la más degradante y humillante de su vida. Más tarde escribió con respecto a la homosexualidad: "¿Quién en su sano juicio podría promulgar una ley que protegiera tal conducta?" ¡Ese era Platón!

Esopo, en sus “Fábulas”, 528, refiere con la palabra griega para "vergüenza", Aidos, a quien también se la nombraba como la diosa del pudor, el respeto, la modestia, la reverencia y castigadora de las transgresiones morales. Su acompañante, el cruel Némesis (Indignación), "Aquel que acarrea la cólera de Aidos", una divinidad vengadora que encaja bien en la noción de "karma" o de "castigo por los pecados". Del mito de Aidos, quien estaba asociada al ano, se deduce que, según la mentalidad tradicional griega, el sexo anal implica, a la vez, desvergonzarse (el pudor era considerado virtud en Grecia) y esparcir la vergüenza alrededor de uno.

“Cuando Zeus creó al ser humano y a sus propiedades del alma, las introdujo en cada ser humano. Sin embargo, dejó fuera a la vergüenza (Aidós: reverencia, respeto, pudor, modestia). Puesto que no sabía dónde insertarla, ordenó que fuese insertada en el ano. La Vergüenza, sin embargo, se quejó de esto y se molestó, considerando que la petición de Zeus estaba por debajo de su dignidad. Puesto que se quejaba profusamente, la Vergüenza dijo: ´accederé a ser insertada de este modo, sólo a condición de que, cuando entre algo después de mí, yo saldré inmediatamente´”.

3. La oposición al homosexualismo es una idea nueva inventada por los derechistas religiosos.

La oposición a la homosexualidad y su desaprobación no es nada nuevo. Esa ha sido la respuesta de la humanidad a través de la historia. Cuando algunos individuos de la sociedad de la Grecia antigua comenzaron a practicarla, el gran legislador persa Hammurabi declaró con desprecio que era "una mancha de la que ningún hombre podía limpiarse."

La tradición judeo-cristiana, cuyos principios fueron la base sobre la que se fundaron los Estados occidentales, ha condenado el homosexualismo como una abominación ante Dios. Esto no quiere decir que los homosexuales deban ser maltratados o privados de sus derechos civiles (algunos de los cuales pueden ser limitados por desórdenes de conducta que dañen la integridad física o moral de otras personas, como los niños); pero significa que nuestra cultura está de acuerdo con la tradición de todas las sociedades civilizadas cuando desaprueba la conducta homosexual o se opone a ella. Lo que es realmente nuevo es el poder sin precedentes, político y cultural, del movimiento homosexual militante. Los que desaprueban el homosexualismo nunca habían sido amenazados antes con la pérdida de su libertad de palabra y creencias, simplemente por razón de sus convicciones.

4. Las grandes obras de la civilización occidental se deben a genios homosexuales.

Eso no es cierto. En realidad, esa afirmación fue hecha por primera vez por David Thorstad, un homosexual militante y miembro de la Asociación Norteamericana de Amor entre Hombres y Niños o NAMBLA (North American Man-Boy Love Association), grupo de pederastas (adultos que tienen relaciones sexuales con menores). Como puede verse, estaba defendiendo a los pederastas cuando hizo esa declaración.

La mayoría de los homosexuales militantes se refieren a Grecia y sus grandes filósofos cuando hacen esta declaración, pasando por alto el hecho de que Sócrates y Platón hicieron constar que no sólo eran heterosexuales, sino que se oponían vehementemente a la práctica de la homosexualidad, como ya hemos revisado en el ítem 2.




ANEXO

El informe Kinsey, un "bluff" científico
El célebre informe Kinsey sobre la sexualidad del varón dio carta de normalidad en 1948 a conductas que hasta entonces se consideraban infrecuentes y proporcionó a su autor la aureola científica de sexólogo. Pero una minuciosa biografía ahora publicada aporta las pruebas de que Kinsey interrogó a personas de conducta sexual atípica, sin respetar las reglas de una auténtica investigación científica. Kinsey sale bastante malparado, como hombre y como sexólogo.
Si alguien sigue repitiendo que el 10% de la población es homosexual es porque lo dijo en 1948 Alfred Kinsey en el célebre informe que lleva su nombre. Y porque desconoce el informe de la Universidad de Chicago, de 1994, que rebaja esa cifra hasta el 2,4%. Las afirmaciones y datos sobre el comportamiento sexual de los estadounidenses que difundió Kinsey fueron aceptadas de modo acrítico. Sus abundantes estadísticas daban la impresión de rigor científico. Pero como revela una documentada biografía realizada por James Howard Jones (Alfred Kinsey: A Public/Private Life, W.W. Norton & Company), los métodos de Kinsey no se atenían a las reglas científicas.
Con el respaldo de 12.000 testimonios que utilizó en su investigación, Kinsey concluyó que en la sociedad norteamericana eran habituales prácticas sexuales consideradas atípicas.
Su trabajo sobre la conducta sexual de los varones norteamericanos (1948) tuvo una acogida tan popular -200.000 ejemplares vendidos en seis meses-, que bastó para amordazar las críticas que algunos expertos hicieron entonces al método estadístico empleado.
Por el éxito del informe, Kinsey dejó de ser profesor de zoología y se convirtió en sexólogo. Se creó el Instituto Kinsey y en 1953 se publicó la parte del informe dedicada a la mujer. Kinsey falleció en 1956, pero los datos aireados por sus trabajos (acerca de la homosexualidad, la infidelidad matrimonial, etc.) han influido durante décadas en la forma de valorar los comportamientos sexuales.
Para escribir su biografía, James Howard ha trabajado durante 20 años y ha tenido acceso a todos los archivos del Instituto Kinsey. En su libro, Kinsey aparece como un obseso, que animaba a sus ayudantes y a sus esposas a multiplicar sus experiencias sexuales y practicar el intercambio de parejas, para tener material de experimentación. Jones asegura que Kinsey se propuso, como fin último de su informe, hacer aceptable la homosexualidad en la sociedad norteamericana. Y para ello utilizó una selección estadística acientífica. La muestra de las personas interrogadas en sus investigaciones no es extrapolable a la población estadounidense, porque el sexólogo prefería encuestar a gente que relataba sin rodeos sus experiencias sexuales, como sadomasoquistas, homosexuales, travestidos y pederastas.
Jones cuenta también que el actual director del Instituto Kinsey, John Bancroft, reconoció en diciembre de 1995 que las observaciones sobre la sexualidad de los niños pequeños que difundió Kinsey no procedían de varios testimonios -como mantenía el sexólogo-, sino de uno solo: un pederasta acusado de abusar de 317 adolescentes
Actualización del estudio Kinsey
Los norteamericanos tienen una vida sexual menos activa de lo que se pensaba, los índices de fidelidad son relativamente altos y, en consecuencia, resulta bastante improbable que pueda haber una epidemia de SIDA entre los heterosexuales. Estas son algunas de las inesperadas conclusiones que revela el más amplio estudio realizado en Estados Unidos desde el informe Kinsey sobre las prácticas sexuales. El nuevo informe, dirigido por investigadores de la Universidad de Chicago, se titula La organización social de la sexualidad y está creando polémica por ir en contra de algunos estereotipos.
No hace falta ser sociólogo para advertir que, en las declaraciones sobre la propia conducta sexual, la gente tiende más bien a exagerar o a no decir toda la verdad. Por eso, hay que acoger con reservas las encuestas sobre estas intimidades. Aunque también será discutido, el nuevo estudio ha tomado sus precauciones para realizar lo que se presenta como el "primer estudio global y científicamente preciso" del sexo en EE.UU. Los investigadores seleccionaron aleatoriamente los hogares que iban a componer la muestra y, a su vez, eligieron del mismo modo a quién iban a entrevistar personalmente en esa casa. Al final consiguieron que respondiera el 79% de la muestra elegida, esto es, 3.432 personas representativas de la población de 18 a 59 años.
Según uno de los expertos, el valor científico del estudio está "a años luz por delante del informe Kinsey". De hecho, los expertos siempre han dicho que el famoso informe Kinsey de 1948 y 1953 se basó en una muestra de voluntarios poco representativa, de modo que sus conclusiones no podían extrapolarse a la población general.
El nuevo estudio de 700 páginas, realizado por un equipo de investigadores de la Universidad de Chicago, revela unos datos más acordes con la experiencia corriente. "Lo más sorprendente es lo convencional que es la vida sexual de los norteamericanos", dice el director de la investigación, Robert Michael, decano de la Harris School of Public Policy Studies de la Universidad de Chicago. "A diferencia de lo que uno podría crear por las películas y las novelas, la mayoría de la gente cambia poco de pareja y tiene relaciones sexuales más bien infrecuentes". En definitiva, los resultados, en línea con la experiencia de la mayoría, pueden tranquilizar a los que creían que eran "raros".
Según el estudio, un tercio de los norteamericanos tienen relaciones sexuales una o más veces a la semana, otro tercio pocas veces al mes y otra tercera parte pocas veces al año o nunca.
Aunque el divorcio sea frecuente en Estados Unidos, las declaraciones de los encuestados muestran un índice relativamente alto de fidelidad en el matrimonio: el 75% delos hombres casados y el 85% de las casadas declaran ser fieles a su cónyuge. "El matrimonio es una institución social tan poderosa -escriben los autores- que, por lo general, los casados son parecidos: son fieles a su cónyuge mientras el matrimonio está intacto". Además, las parejas monógamas son las que tienen una vida sexual más activa y las que más felices aseguran ser. Y aunque el número de parejas a lo largo de la vida varía mucho según las personas, la media es de dos en el caso de las mujeres y seis en el de los hombres.
Otra conclusión importante del estudio va en contra de la idea de que el riesgo de SIDA afecta igualmente a todos los grupos, también a los heterosexuales. El estudio afirma que "los contactos sexuales entre grupos no infectados y los infectados son poco frecuentes", y que los heterosexuales que se infectan de este modo tienen pocas parejas, por lo que no cabe esperar que provoquen una epidemia. "Por lo tanto -afirman los autores-, creemos que el SIDA está confinado, y probablemente seguirá estándolo, a los grupos de riesgo en los que empezó: varones homosexuales y drogadictos por vía intravenosa y sus parejas sexuales. Estamos convencidos de que no hay y probablemente no habrá nunca una epidemia de SIDA entre los heterosexuales de este país".
Un dato elocuente es que un tercio de las mujeres jóvenes encuestadas declara que lo que les llevó a tener relaciones sexuales por primera vez fue la presión del ambiente juvenil. Los autores del estudio piensan que este dato tiene implicaciones importantes para evitar los embarazos indeseados de las jóvenes.
La encuesta desmiente también la creencia -propagada por el movimiento gay- de que el 10% dela población es homosexual. En la encuesta, sólo el 2,7% de los hombres y el 1,3% de las mujeres se identifican como homosexual o bisexual, si bien un porcentaje mayor declara haber tenido al menos una experiencia de este tipo desde la pubertad.

LA SUPUESTA HOMOSEXUALIDAD DE SÓCRATES

Este planteamiento ha sido elaborado muchas veces y me apena que contesten con una absoluta ignorancia sin analizar ni haber leído nada, son solo respuestas de "oídas" que se encargan de propagar el rumor y el descrédito, y contestare a falacia con fundamentos esperando que ustedes saquen sus conclusiones y lleguen a lo obvio: que Sócrates no fue homosexual.

Cuenta la historia que, uno de los hombres más ricos y poderoso de toda Grecia lo fue el político y militar Alcibíades, pero particularmente se le conocía por ser sumamente atractivo y tan bien parecido como ningún griego, a tal grado que pocas mujeres podían resistir sus encantos y seducción.

En su dialogo "El Banquete o El Elogio de Eros", Platón nos narra la reunión que tuvo lugar entre varios filósofos y hombres insignes entre los que se encontraba el mismo Platón, Sócrates, Aristófanes, Alcibíades y otros más, en que se discurrió para hacer un Elogio del Amor - por eso se llama así el dialogo - y después de haber tomado la palabra varios de ellos, cuando tocó su oportunidad a Alcibíades, aprovechó para hacer un reconocimiento de Sócrates quien, ejercía un gran poder seductor sobre el militar (“estratego”), siempre impaciente de lo que dijera Sócrates cuya sabiduría no tenía par

Aquí transcribo las palabras de Alcibíades

Alcibíades: "Que hable otro aunque sea el orador más hábil no hace impresión sobre nosotros, pero que hables tu u otro que repita tus discursos, todos se sienten enajenados. [...] respecto a mí, cuando le oigo el corazón me late con violencia, sus palabras me hacen derramar lágrimas; y veo también a muchos de los oyentes, experimentar las mismas emociones [...] así es que me veo obligado a huir de él tapándome los oídos, como quien escapa de las sirenas. Ya veis el ardor que manifiesta Sócrates por los jóvenes hermosos; con que empeño los busca (“escolio”: inclinación o Filos, no empleó el término Eros) [...]. Sabed, que la belleza de un hombre es para él el objeto más indiferente. No es posible imaginar hasta qué punto la desdeña, así como las riquezas y las demás ventajas envidiadas por el vulgo. Sócrates las mira todas como de ningún valor y a nosotros mismos como si fuéramos nada y pasa toda su vida burlándose y chanceándose con todo el mundo. Pero cuando habla seriamente y muestra su interior al fin, no sé si otros han visto las bellezas que encierra, pero yo las he visto, y las he encontrado tan divinas, tan preciosas, tan grandes y tan encantadoras, que me ha parecido imposible resistir a Sócrates. Creyendo al principio que se enamoraba de mi hermosura, me felicitaba yo de ello, y teniéndolo por una fortuna creí que se me presentaba un medio maravilloso de ganarle, contando con que, complaciendo sus deseos, obtendría seguramente de él que me comunicara toda su ciencia. Por otra parte, yo tenía un elevado concepto de mis cualidades exteriores. Con este objeto comencé por despachar a mi ayo (sirviente), en cuya presencia veía ordinariamente a Sócrates, y me encontré solo con él.

Es preciso que os diga la verdad toda: estadme atentos, y tú, Sócrates, reprendedme si falto a la exactitud. Quedé solo con Sócrates y esperaba siempre que tocara uno de aquellos puntos que inspira a los amantes la pasión cuando se encuentran sin testigos con el objeto amado, y en ello me lisonjeaba y tenía placer. Pero se desvanecieron por entero todas mis esperanzas. Sócrates estuvo todo el día conversando conmigo en la forma que acostumbraba y después se retiró. Enseguida de esto, le desafié a hacer ejercicios gimnásticos esperando por este medio ganar algún terreno. Nos ejercitamos y luchamos muchas veces juntos y sin testigos. ¿Qué podré deciros? Ni por esas adelanté nada. No pudiendo conseguirlo por este rumbo me decidí a atacarle vivamente. Una vez que había comenzado no quería dejarlo hasta saber a qué atenerme. Le convide a comer como hacen los amantes que tienden un lazo a los que aman; al punto, rehusó, pero al fin concluyo por ceder (a comer). Vino, pero en el momento que concluyo la comida, quiso retirarse. Una especie de pudor me impidió retenerle. Pero otra vez le tendí un nuevo lazo; después de comer prolongue nuestra conversación hasta bien entrada la noche, y cuando quiso marcharse le precise a que se quedará con el pretexto de ser muy tarde. Se acostó en el mismo escaño en el que había comido; este escaño estaba cerca del mío, y los dos estábamos solos en la habitación.

Hasta aquí nada hay que no pueda referir delante de todo el mundo, pero respecto a lo que tengo que decir, no lo oiréis sin que os anuncie aquel proverbio de que los niños y los borrachos dicen la verdad; luego qué, se metió la luz y los esclavos se retiraron, creí no debía andar en rodeos con Sócrates, y que debía decirle mi pensamiento francamente.

"Le toqué y le dije:

-"Sócrates, ¿duermes?
-No- respondió él.
-y bien, ¿sabes lo que yo pienso?
-¿Qué? […]

Creí que el tiro que yo le había dirigido había dado en el blanco. Sin darle tiempo para añadir una palabra, me levanté envuelto en esta capa que me veis, porque era invierno, me ingerí debajo del gastado capote de este hombre y abrazando a tan divino y maravilloso personaje pasé junto a él la noche entera. En todo lo que llevo dicho, Sócrates, Creo que no me desmentirás.

¡Y bien! después de tales tentativas permaneció insensible, y no ha tenido más que desdén y desprecio para mi hermosura, y no ha hecho más que insultarla; y eso que yo la suponía de algún mérito, amigos míos. Pongo por testigos a los dioses y a las diosas; salí de su lado tal cómo hubiera salido del lecho de mi padre o de mi hermano mayor.

Desde entonces, ya debéis suponer cuál ha debido ser el estado de mi espíritu. Por una parte me consideraba despreciado, por otra, admiraba su carácter, su templanza, su firmeza de alma y me parecía imposible encontrar un hombre que fuese igual a él en sabiduría y en dominarse a sí mismo. […] lo que hace a Sócrates digno de una admiración particular, es que no se encuentra otro que se le parezca, ni se encontrara ninguno ni entre los antiguos ni entre los modernos que se aproxime ni remotamente a éste hombre […] y que encierre las imágenes más nobles de virtud; en una palabra, todo cuanto debe tener a la vista el que quiera hacerse hombre de bien”.

Tal es el testimonio de Alcibíades que nos llega a través de la pluma de Platón amigo; ustedes deciden. No hagan eco de palabras insensatas.

REFERENCIAS

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