LA IMPORTANCIA DEL FUEGO EN LA EVOLUCIÓN HUMANA. PERCY ZAPATA MENDO.
LA IMPORTANCIA DEL FUEGO EN LA EVOLUCIÓN HUMANA
Nadie
en nuestros días desconoce que el fuego es un elemento de utilidad para los
humanos y que constituye uno de nuestros más grandes descubrimientos. Sin
embargo, la verdadera importancia del fuego en la evolución humana recae en la
determinación que tuvo sobre su cerebro y, consecuentemente, en el desarrollo
de su mente, la más poderosa adquisición de nuestra especie, que nos distingue
y eleva en el reino animal. Una buena manera de comprender esta afirmación es
recorriendo el proceso que tuvo lugar desde que nuestro antepasado, el Homo
erectus, por vez primera dominara el fuego y lo pusiera a su disposición.
1.- Alimentación de los primeros Homo
erectus
Hace
1.5 millones de años, un homínido al que llamamos Homo erectus por su posición
bípeda –esto es, que camina en dos pies– vagaba intentando forrajear alimentos
que le dotaran de la energía necesaria para sobrevivir.
Al
no poseer ni garras ni colmillos, no era capaz de enfrentarse a las grandes
fieras para obtener comida, sin mencionar que era una fácil presa de ellas. La
única vía que le quedaba entonces resultaba la carroñera, es decir, comer la
carne de un animal muerto y, desde luego, las plantas. Así pues, nuestro Homo
erectus engullía sus alimentos crudos.
La
carne cruda y los vegetales sin cocción requieren más tiempo y energía para
digerirse que los cocidos. Por eso los chimpancés se pasan horas mascando su
comida antes de tragarla. Es un modo natural de apoyar el proceso, pero un modo
lento obviamente.
2.- Descubrimiento del fuego
Hace
aproximadamente 800 mil años, el Homo erectus descubrió el fuego y aprendió a
utilizarlo. Los científicos han encontrado rastros en distintos asentamientos
que demuestran que nuestros ancestros no solo sabían hacer fuego, sino que lo
utilizaban para cocer sus alimentos, construir herramientas de trabajo y otros
menesteres.
3.- Consecuencias del descubrimiento
del fuego
3.1.- Luz y calor
El
fuego se convirtió en una fuente de luz y calor. Mientras la vida de esto
homínido era diurna y al caer la noche se retiraba a dormir o a estar sentado
en silencio en su nicho, una vez que apareció el fuego puedo tener una vida
nocturna. Además tenía una forma nueva de protegerse de las bajas temperaturas
del invierno, que podía utilizar dentro de su caverna o a la intemperie.
3.2.- Comida cocida
Con
la aparición del fuego, llegó a la vida de nuestros antepasados un suceso único
dentro del mundo natural: la comida cocida. Con ello se ampliaba el número de
productos que se podían comer; se almacenaba comida para el invierno; se
preparaba alimento de consistencia suave, ideal para individuos mayores ya sin
dientes pudieran comer, entre otras facilidades. La cocción de los alimentos
duplicó los años de vida y trajo a la tribu una nueva experiencia.
Empero,
dos cosas esenciales ocurrieron: se incrementaron las calorías obtenibles por
el sistema digestivo y se redujo el costo energético de la digestión. De ahí
que hubiera más energía metabólica para que el organismo realizara otros
procesos. El sistema nervioso se vio así considerablemente favorecido.
3.3.- Protección de los depredadores y cacería
Una
vez que el hombre dominó el fuego, pudo protegerse mejor de sus depredadores.
Recordemos que en su época pululaban las criaturas salvajes. Observemos por
ejemplo al tigre dientes de sable: este animal le teme, y con razón, al poder
del fuego.
Junto
a la defensa, el Homo erectus encontró una nueva manera de obtener alimentos:
la cacería. El fuego no solo ahuyenta bestias como los mamuts, haciéndolos caer
por abismales acantilados, sino que ayuda a mejorar las herramientas para la
caza.
3.4.- Salud
El
fuego permitió cuidar de la salud. Con él se esterilizaban instrumentos y
heridas. Otro uso dado fue al hervir las plantas para obtener brebajes con
poderes curativos; al inhalar el vapor se descongestionaban las vías
respiratorias. Un dato interesante es que tan solo hirviendo la corteza de
sauce, se obtenía una sustancia cuyo ingrediente activo es la aspirina.
3.5.- Camino a la humanización
Si
lo pensamos bien, una vez que nuestro ancestro obtuvo el dominio del fuego,
comenzó su carrera desenfrenada hacia la humanización. Tanto la vida en
comunidades, fortalecida al amparo del hogar y enriquecida con interacciones
sociales, como la influencia de la dieta en su anatomía, especialmente en el
cerebro, crearon las condiciones para que una nueva era surgiera, emergiendo de
ella otro eslabón más de nuestra evolución.
4.- ¿Cómo influyó el uso del fuego en
el desarrollo del cerebro humano?
Sin
dudas el uso del fuego posibilitó la supervivencia del hombre en aquellos
períodos tan hostiles: defensa de las fieras, luz y calor, alimentación
adecuada y mejoría en sus armas de caza, son algunos de los cambios que
introdujo tras descubrir el fuego. Sin embargo, el efecto más importante de
todo este proceso recayó en que el cerebro de nuestros ancestros creció de
tamaño y, por tanto, se diversificaron y especializaron sus funciones,
desarrollándose capacidades como la memoria a largo plazo y la solución de
problemas. Ello ocurrió a través de los procesos siguientes.
4.1.- Cocción de los alimentos
Una
vez que el hombre llevó a cabo la cocción de los alimentos, estos sabían mejor,
se digerían más fácilmente y se lograba una digestión más rápida y eficiente. Resultados:
Las
proteínas y los nutrientes influyeron sobre el sistema nervioso dándole un
extra energético y modificándolo.
Nuestros
ancestros ahorraron tiempo en buscar alimentos y mascarlos, el cual pudo ser
invertido en otras actividades sociales, lo que hizo que el cerebro ampliara su
funcionalidad.
En
torno a los hogares se desarrolló la familia con mayores interacciones
sociales, lo que pudo influir en la comunicación y en el desarrollo del
lenguaje.
4.2.- Construcción de herramientas y otros
utensilios
Al
dominar el fuego, la construcción de herramientas y otros utensilios se
desarrolló considerablemente, lo cual redundó en la creatividad de nuestros
ancestros:
Con
el fuego se podía afilar las puntas de las lanzas con mucha facilidad.
El
fuego permitió combar la madera, con la que se hicieron luego vasijas, canoas,
arcos, etc.
Usando
dicho elemento, nuestros antepasados también pudieron comenzar a trabajar la
cerámica, de la cual se deriva posteriormente una rama artística.
El
fuego permitió que se pudiera finalmente doblegar el hierro y otros metales,
para elaborar diferentes tipos de utensilios.
Universo
artístico
Sin
dudas el universo artístico encontrado en las cuevas de los primeros hombres
―innumerables pinturas rupestres de animales y hombres cazando―nos permite
entender que ya entonces nuestros sistemas nerviosos habían sufrido profundas
transformaciones. Un cerebro que pinta es un cerebro que piensa, que puede
hacer abstracciones a determinado nivel.
Sin
el fuego no habría posibilidad de tener una iluminación que permitiera llevar a
cabo la tarea ni contemplar el resultado. Por tanto, no solo se desarrollaba el
artista, sino también la visión de los espectadores, y luego la experiencia
mental de entrar en contacto con imágenes artísticas que evoquen referencias
más allá de la propia realidad: como el sentido de tener antepasados.
4.3.- Religión y filosofía
Desde
el principio el fuego parece haber cobrado un valor mágico para nuestros
ancestros. Al estar en contacto con este elemento y confirmar sus poderes, se
le incorporó a los distintos rituales religiosos y funerarios. La idea de que
el fuego nace de la nada, crece y finalmente muere puede haber suscitado en los
antepasados interrogantes cuyas respuestas requirieron durante milenios del
desarrollo de muchas zonas de nuestro cerebro.
Por
otra parte, la vida antes del fuego era diurna: se cazaba de día y se dormía de
noche. Con la aparición del fuego, surgió el tiempo nocturno para reunirse
alrededor del fuego y establecer una comunicación que llevara al intercambio de
historias. Y posiblemente aparecieran los primeros y muy incipientes elementos
de lo que con el tiempo llegaría a ser la filosofía.
5.- Conclusiones
El
uso sistemático del fuego, entonces, parece haber obligado a los primeros
humanos a fijar su atención en distintas actividades y a desarrollar la
creatividad, las memorias a corto y largo plazo, la concentración y la
comunicación con el otro.
Una
vez que tuvieron el control de su atención, nuestros ancestros comenzaron a
hacer planes, lo cual evidentemente nos ubicaba ya en un peldaño mental mayor
respecto al resto de los primates y, por consiguiente, en el árbol evolutivo.
Podemos
decir pues, sin temor a equivocarnos, que la herramienta más importante que
desarrolló el descubrimiento del fuego fue el cerebro humano.
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