ALGUNAS FÓRMULAS HABITUALES EN LAS DOCUMENTACIONES

ALGUNAS FÓRMULAS HABITUALES EN LAS DOCUMENTACIONES

“TENGO LA HONRA DE…”

Honor, pundonor, honra: el honor consiste en un sentimiento que el hombre se halla animado en la conducta que se traza, en principios que le sirven de norma en sus aspiraciones. El pundonor es el esmero con que se procura mantener ileso el honor. La honra depende de la opinión de los demás. El honor es una propiedad nuestra, y el hombre de honor no permite que se le quite la honra. El pundonor es todavía más delicado que el honor mismo; es la manifestación externa del honor, y consiste más bien, en las acciones que en los sentimientos. Se quita la honra a un hombre, atribuyéndole una acción villana; se ofende su honor proponiéndosela; la indignación con que la rechaza es hija del pundonor.

“TENGO EL HONOR DE INFORMARLE…”

¿Por qué no principia, lisa y llanamente, el documento escribiendo: “TENGO QUE INFORMARLE…”?

Y no me digan que la fórmula es de pura cortesía, porque no es más ni menos cortes que el que expresa: “SALUDO A USTED”, que el que dice “TENGO A HONRA SALUDAR A USTED”. El primero es llanamente cortés, y el segundo, hinchadamente cortés.

Los ingleses y franceses gozan de la fortuna que la voz “honour” o vocablo “honneur” signifiquen tanto honor como honra. Pareciera que el castellano fuera el idioma que se hizo para complicarnos la vida.

“LO QUE ME ES GRATO COMUNICAR…”

Recibí no hace mucho un oficio, donde una Jueza a través de su documento jurídico me emplazó: “ME ES GRATO COMUNICARLE QUE DEBE USTED DE ALCANZAR LA HISTORIA CLINICA DE LA PACIENTE... DE GRADO O DE FUERZA”.

¡Vean ustedes como le es grato a la señora Jueza que yo rabie o tiemble de miedo con esa bendita orden! No creo que la Jueza que es una señora dama, sea capaz de regocijarse con el fastidio o daño ajeno, y que por no apartarse del uso de frases coloquiales de costumbre, omita el corregir ciertas palabras o párrafos que le den concordancia a la seriedad del asunto.

“LE DIGO A USTED PARA SU CUMPLIMIENTO”

La tal forma sólo tiene razón de ser cuando al sustantivo CUMPLIMIENTO va acompañado del adjetivo INMEDIATO; porque entonces traduzco que se me ordena olvidarme que soy peruano; esto es, que no deje la cosa para mañana.

“TENGO EL PLACER…”

Vean ustedes con que salen algunos en sus escritos, el que redacta de esta manera debe ser el hombre o la mujer más dichosos de la tierra… ¡Cien documentos, cien complacencias!...bien dicen que el que no es feliz, es porque no quiere serlo.

“RUEGO A USTED”, “SUPLICO A USTED”

¿Qué es eso de suplicar o de rogar?, se ruega para alcanzar un favor personal, algo que redunda en nuestro beneficio o provecho, se estima el servicio que se nos dispensa, y nuestra gratitud queda obligada. Dirán tal vez que suplicar y rogar son sinónimos, pero en la acción, el primero supone respeto, el segundo, humildad. El que suplica pide, con justicia o por gracia, lo que depende de la voluntad ajena. El que ruega pide siempre, por pura gracia, lo que depende de la voluntad de otro.


PEDIR JUSTICIA, ¿Cómo no?, es mi derecho; pero SUPLICAR a que me la hagan los que están obligados para hacerla… ¡Es el colmo!

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