Un evento inesperado
Un evento inesperado Era aproximadamente las 7:30 de la noche, había quedado en encontrarme con una vieja amistad en la amplia Plazoleta que sirve como puerta de entrada a la urbanización Miguel Grau, y por costumbre, estuve allí diez minutos antes de la hora fijada, cerca de uno de sus ángulos de la triangular explanada, mirando hacia la calle Tren por donde supuse vendría mi conocido. Pasados ya 12 minutos de la hora pactada y con el disgusto crispando mis nervios – pues soy muy intolerante con la tardanza -, recibo la llamada de mi amigo diciéndome que aparecería por una de los pasajes que existe en mi urbanización, por lo que tuve que girar 180 grados para verle venir. Paseé mi mirada por ambas manzanas frente mío y me detuve en el pequeño bosquecillo poblado de altos Eucaliptos, ubicado el final de una las cuadras y a unos 80 metros de donde yo estaba. Sin querer y espontáneamente, mi vista quedó fija en la arboleda por un hecho que les narraré: Un enorme objeto oscu