LOS OTROS

LOS OTROS “Papá Maco” llevaba un buen rato apostado sobre una roca dominando las alturas, oteando con unos binoculares al pueblecito que se podía apreciar al fondo del estrecho valle; el frío calaba profundamente en los huesos del joven teniente a pesar de que estaba abrigado con un par de camisetas, el suéter reglamentario del batallón antisubversivo y un anorak que le cubría hasta las caderas – muy antimimético para la zona, dicho sea de paso, pues su color verde petróleo destacaba sobre el gris de las peñas durante las mañanas - . Su aliento salía acanalado hacia el aire iluminado por esa luna ictérica y empañaba constantemente los vidrios de los prismáticos, por lo que periódicamente debía de limpiarlos con su dedo que el guante volvía exageradamente rechoncho. Papá Maco después de pasear una mirada por el pueblo lenta y metódicamente con los gemelos, decidió que era suficiente de estar de vigía y que ya era hora de ser reemplazado por algunos de sus soldados. Estaba...